Abascal y Olona, durante un mitin en Granada.

AD.- Conste que te lo has ganado a pulso, Abascal. La misma noche electoral, sin tiempo aún de digerir el revés a su soberbia de los votantes andaluces, cuando Macarena Olona juraba y perjuraba que cumpliría el mandato de sus electores manteniéndose al frente de la oposición de Vox en el Palacio de las Cinco Llagas, ya escribimos que esta desquiciada te traería muchos problemas. Lo que no pensábamos entonces es que serían tan grandes. De hecho, pese a comprometerse con los andaluces a estar al pie del cañón, al día siguiente ya maniobraba para que la rescataras, con un asiento en la Cámara Alta, de su irrelevante tarea política asignada en Andalucía.

Y es que Macarena, no nos engañemos, ha descubierto, como tantísimos políticos de la casta, que se vive mejor del cuento en la política que trabajando. Por eso siempre sostuvimos que por nada del mundo volvería a su antigua ocupación como abogada del Estado. Macarena es como los vampiros, que cuando prueban la sangre humana, ya no pueden vivir sin ella. Y a Macarena lo que le pone es el flujo sanguíneo del “show business”. Por eso harías bien en tomarte en serio el órdago de esta desequilibrada política, que según parece, ahora quiere volver al partido verde, solo un mes después de anunciar solemnemente que abandonaba la carrera política por motivos de salud. “Ha llegado el momento de poner fin a esta etapa por razones médicas ajenas a mi voluntad”, anunció en una carta publicada en Twitter.

Muchos dieron crédito a estos supuestos males físicos de Macarena; nosotros ya dijimos que lo que debería inquietar a la cúpula de Vox era su salud mental. Y no solo porque se crea imprescindible, sino porque su ensoberbecimiento es tan grande que nunca asumirá que su errada etapa como política está más que amortizada, que salvo muchas dosis de histrionismo y espectáculo, no tiene absolutamente nada que ofrecer a los españoles para que estos mejoren ni tanto así sus condiciones de vida.

Lo que ocurre, Abascal, es que vosotros tampoco jugasteis limpio con esta chiflada. Un par de locuciones efectistas en Youtube os valió, a Espinosa de los Monteros y a ti, para reuniros con ella en un hotel madrileño y engatusarla con un futuro político promisorio. Cosa de trileros, ya se sabe. Si hubierais preguntado antes a sus compañeros, os habrían contado el historial de conflictos y enfrentamientos que jalonaron su existencia profesional, razón por la que Rajoy prescindió de sus servicios en el País Vasco.

El penúltimo pollo que os ha montado Macarena ha sido por su baja en el partido. Con lo fácil que sería explicar que una abogada del estado no puede tener militancia política, y que el partido lo que hizo fue actuar en consecuencia luego de que anunciara su incorporación a la función pública. Pero la culpa es también tuya, Abascal, porque en el fondo tienes miedo de enfrentarte a esta alocada y que, fuera de control como se halla, te saque algún asuntillo engorroso.

También sería bueno que reconocieras que te deshiciste  de Olona, mandándola a Andalucía, cuando descubriste su verdadera y tortuosa personalidad. Por ejemplo, que no puede vivir sin sentirse por encima de todos los demás. Por eso, insisto, debería preocuparte, no ya por el esperpento que agita en cada una de sus comparecencias públicas, sino que esta estrellita rutilante acabe montando su propio partidito, un engendro político al estilo de Más Madrid, que le dé lo suficiente para un escañito en el Congreso.

Y no será porque no te avisamos. El 26 de agosto, AD publicó la siguiente crónica: “(…) con su anuncio de recorrer el camino de Santiago rodeada de seguidores, lo que pretende es ‘percibir sensaciones’ y ‘medir fuerzas’ de cara a la creación de un nuevo proyecto político. Nuestras fuentes indican que, en las últimas semanas, han sido muchas las voces que han pedido a la ex diputada de Vox que se ponga al frente de una opción conservadora que aglutine a la legión de desencantados con Vox, en la línea de Hermanos de Italia, liderada por Giorgia Meloni, con la que Olona mantiene una buena sintonía (…) El plan de ruta de Olona dependería de la respuesta y repercusión social que obtenga su peregrinaje de 100 kilómetros desde la localidad lucense de Sarria hasta la capital gallega”.

Y Olona, que no necesita esforzarse para disociarse de la realidad, creyó que el clamoreo constante de los frikis que la acompañaron en su fraudulento peregrinaje, debía interpretarse como la señal inequívoca de que el pueblo español, unánimemente, la reclamaba para grandes empresas políticas.

Así que no te arriendo las ganancias, Abascal. Habéis cebado las gigantescas ambiciones de esta trepa sin escrúpulos, a la que hasta Rajoy supo calar a tiempo.

Hace poco dijo que entrar en política le había costado la friolera de 60.000 euros cada año. Y aunque admitimos ser bastante lerdos en matemáticas, por muchas vueltas que se le dé, no nos salen las cuentas. Macarena Olona recibía la mayor cuantía de dinero público al año, ya que contaba con un salario bruto anual de 117.698,84 euros, según el régimen económico de los diputados del Congreso. El sueldo base de cualquier diputado en el Congreso es de 3.050,62 euros brutos al mes, pero al sumar los suplementos por su cargo de portavoz y las dietas percibía un sueldo mensual bruto total de 8.407,06 euros. Si tenemos en cuenta que un abogado del estado cobra entre 60.000 y 80.000 euros al año, no hallamos la razón de ese desfase monetario en su contra. Cero en matemáticas. O que Macarena desarrollara su labor parlamentaria de forma altruista, sin recibir un solo euro.

Pero no es el único desbarre. En plena campaña andaluza entró en pánico y renunció a dar mítines si no la acompañabas. En el de Los Remedios, en Sevilla, no tuvo mejor ocurrencia que contar entre sus votantes al dueño magrebí de un kebab de Granada. Bastante benignidad han tenido los del PP al no difundir día y noche el video en el que proponía a Juanma Moreno ser su vicepresidente. Y pensar que esta mujer ha sido la fuente inspirativa de muchos votantes nos da una idea de cómo hemos degenerado todos estos años de cuento democrático.

Te avisamos hace tiempo que Olona estaba repleta de contradicciones morales y que su desequilibrio emocional sería para vosotros causa de grandes males. Y no nos hiciste caso.

El problema es que ahora está desatada y fuera de control. El jubileo gallego le metió otra vez en el cuerpo el gusanillo del exhibicionismo. Habéis alimentado a una pirada y ahora la pirada amenaza con devoraros.