Vox: bueno, bonito y barato, paisha
Que Vox es un niño con problemas constantes en Málaga, resulta algo más que evidente. Ayer cayó la ejecutiva de Ronda en pleno.
A siete meses escasos de que comience la campaña para las municipales, Vox no tiene ni afiliados ni personal dispuesto a emborronar su currículum de verde.
Los cuatro amigos que quedan ya se debaten entre el macarenazo o el hostiazo más que seguro de las próximas municipales.
Yo, que nunca me fui de Vox, simplemente dejaron de cobrarme mi cuota domiciliada, y como no les guardo ningún rencor, quiero aportar una serie de ideas a fin de que puedan al menos cubrir el 50 por ciento de los pueblos.
En las mesas informativas, yo pondría miel de la diputada “LaPuri” de su único panal, y regalaría un tarrito a todo aquel que se postule como miembro de una lista, dos noches de hotel con cambio de sábanas en el hotelito de don Antonio Sevilla y una cubertería completa de loza cartujana.
Si aun así no se anima el personal, propondría una ruta enológico-gastronómica en Fuengirola con quienes mejor conocen la ruta de bares.
También una visita guiada por Mijas de la mano de la candidata a la alcaldía, doña Carmen Barrios; en este caso, aconsejo avisar a protección Civil, ya que como la señora no es de Mijas, igual se pierden.
Y si la desesperación es grande, igual tenemos la oportunidad de ver a Santi Abascal subido a un banco y buscando candidatos entre inmigrantes, a la voz de: Vox: bueno, bonito y barato.