JM.- Ya es de todos conocida la cita que para el próximo 14 de octubre nos convoca a todos en Málaga de la mano de Macarena Olona.

Sevilla, Murcia, Granada, Córdoba… la jurista y ex diputada sostiene una muy intensa agenda de encuentros en los más diferentes ámbitos civiles y (salvo la excepción de Murcia, explicada principalmente por motivos de efectos personales) resulta evidente que Andalucía es el escenario predilecto elegido por Olona, sin duda principalmente por la deuda que la abogada del estado siente y reconoce sentir con esta hermosa tierra del sur de España y especialmente con las personas que le dieron su apoyo en las últimas elecciones autonómicas.

Macarena, que parece mucho más interesada en explorar vías de actuación de servicio público desde la sociedad civil antes que en poner a toda costa en marcha un nuevo partido político, se va encontrando allí donde va, cada vez más, multitud de personas que le piden que dé un paso al frente.

Una decisión tan importante como poner en marcha un proyecto político nunca puede basarse ni en el despecho, ni en el deseo de revancha, ni siquiera en el lícito deseo de llenar el vacío que a cualquier persona le queda en el corazón y después de haber sido traicionado por aquellos a los que consideraba amigos; no, la seriedad y el rigor que se le exigen a todo adulto y desde luego se le presumen a alguien con la formación académica y recorrido profesional de Macarena Olona, exigen que sólo desde el cálculo presidido por el interés nacional, la ausencia de motivaciones espurias y la firme vocación de defensa de los intereses nacionales, pueda decidirse y anunciarse una propuesta tan relevante.

No podemos saber qué tiene Macarena Olona en su cabeza, ni sus cálculos, ni sus plazos, pero no podría elegir un sitio mejor que Málaga para presentar la propuesta política que tantísima gente le pide. Fue en Málaga donde los antiguos militantes de Vox que tanto contribuyeron a hacer grande este partido en Andalucía, se rebelaron contra la soberbia y la dictadura de sus élites; Málaga, que es un ejemplo de sociedad civil preocupada por la gestión política y exigente con los dislates de los políticos a los que no consigue acostumbrarse; Málaga, donde un líder como Antonio Pulido cuenta con un ejército de compañeros que estarían dispuestos a sumarse a un proyecto de abrazo y unión nacional.

Como reza en la leyenda de su escudo: “Málaga, la primera en el peligro de la libertad”.