El libro que revela los secretos que no nos han contado sobre el COVID: ¿El virus proviene del mercado de Wuhan?
Por Distel Steg.- Las primeras informaciones proporcionadas por el gobierno chino y la OMS mencionaron que la pandemia se había originado en el mercado húmedo de mariscos de Wuhan, algo que fue aceptado por la gran mayoría de los investigadores y medios de comunicación mundiales sin mayor comprobación ya que no se realizaron estudios de campo en ese lugar y ello ya no es posible porque el gobierno chino clausuró dicho mercado, realizando posteriormente labores de limpieza y desinfección.
Sin embargo, existen informes de que tres investigadores adscritos al Instituto Virológico de Wuhan fueron hospitalizados por síntomas similares a los del COVID ya en noviembre de 2019, información ocultada por el gobierno comunista chino. Según un estudio publicado en enero de 2020 en la publicación especializada The Lancet, el primer paciente de Sars-CoV-2 no tenía conexión con el mercado, como tampoco 13 de los 41 casos iniciales confirmados (el 31% de los enfermos). Por lo tanto, al no haberse podido estudiar las características logísticas y arquitectónicas del mercado, ni evaluar qué tipo de especies animales se vendían en el mismo y no haber realizado estudios microbiológicos y virológicos en los animales y en el ambiente del mercado, pero tampoco haber realizado estudios epidemiológicos y serológicos entre los trabajadores y visitantes del mismo, no es posible afirmar con total seguridad que la transmisión inicial y el origen de la pandemia por Sars-CoV-2 fue de tipo zoonótico (desde un murciélago o un pangolín) al ser humano en dicho lugar.
Un informe publicado en el diario australiano The Daily Telegraph menciona que China retuvo información y destruyó pruebas de sus experimentos y hallazgos ecológicos en diciembre de 2019.
Los primeros pacientes en China se empezaron a atender, supuestamente, a finales de noviembre de 2019 aquejados de neumonía y con severos síntomas respiratorios. Muchos de los casos fueron atendidos inicialmente en el Hospital Youfu, ubicado a 200 metros del mercado. Sin embargo, estudios recientes realizados por investigadores ajenos al gobierno chino y a la OMS evidencian que es muy probable que ya en agosto de 2019 los primeros afectados con síntomas hubiesen consultado a los hospitales locales. Un estudio publicado en 2020 por el Instituto de Tumores de Milán y la Universidad de Siena en la revista Tumori Journal reportó que se hicieron pruebas de coronavirus a muestras de tumores pulmonares obtenidas entre septiembre de 2019 y marzo de 2020 de 959 voluntarios, de los cuales el 11,6% tenían anticuerpos contra el coronavirus antes de febrero de 2020 y 15 casos ya eran positivos en septiembre de 2019.
Los estudios de inteligencia de los países occidentales encontraron un aumento de consultas por internet de personas en China referentes a síntomas respiratorios y gastrointestinales, similares al SARS, desde antes de octubre de 2019. También fue reportada una reducción de las comunicaciones electrónicas (teléfonos e internet) alrededor del Instituto Virológico de Wuhan en ese mes asociada a un aislamiento del área por vía terrestre (sin circulación de vehículos), lo que coincidió con un aumento en el número de visitas a los hospitales locales.
Entre el 17 y el 28 de octubre de 2019 se realizaron en Wuhan (China) los VII Juegos Mundiales Militares, que congregaron a 9603 atletas militares representando a 104 países, posteriormente se informó que muchos de los participantes empezaron a presentar síntomas similares a los de una infección por Sars-CoV-2 luego de regresar a sus países.
China solamente reveló los estudios genéticos realizados a algunas muestras ambientales relacionadas con las alcantarillas, los puestos de venta y un camión de basura del mercado de Wuhan, dando como resultado que, de las 585 muestras, 33 dieron positivo para Sars-CoV-2. En contraste, no existen evidencias de que se hayan realizado estudios o análisis ni de sus resultados a las personas que trabajaban en el mercado o a los animales que allí se vendían. Por lo tanto, no se conoce el genoma original del virus nativo y también es posible que existan genomas que hayan sido desarrollados artificialmente u obtenidos a través de sucesivos pasajes en animales o cultivos celulares y no dados a conocer a la comunidad científica internacional para su estudio y comparación
Por otro lado, y teniendo en cuenta que la transmisión de un virus entre diferentes especies animales, las mutaciones sufridas al cambiar de hospedero y el establecimiento de dichas mutaciones con la generación de cepas virales evolucionadas requiere de un tiempo prolongado; que los murciélagos portadores del coronavirus no viven en cercanías de Wuhan, al contrario, se encuentran en cuevas localizadas a más de 700 Km de dicha ciudad, por lo que es poco probable que hayan sido llevados allí para venderlos como alimentos (además de que, según las autoridades chinas, estos animales no existían en dicho mercado y raramente eran consumidos culinariamente en forma local) y que, simultáneamente, hayan tenido un contacto estrecho y prolongado con el pangolín malayo, un animal que tampoco es originario de China siendo llevado de manera ilegal a este país desde Malasia; que los animales reunidos en el mercado iban a ser vendidos o sacrificados por lo que se mantienen encerrados en jaulas que impiden el contacto directo entre especies (a excepción de los fluidos y secreciones corporales) y que su período de estancia en el mercado hasta su sacrificio o venta es relativamente corto, no permite considerar la posibilidad de contagio prolongado entre diferentes especies animales, por lo que se eliminarían las opciones biológicas, zoológicas, de evolución viral de transmisión y evolución de este patógeno entre los animales del mercado. Además, el gobierno chino se apresuró a cerrar el mercado de Wuhan y realizar labores de limpieza y esterilización, con lo que no es posible saber si estaba realizando labores de contención de la epidemia, si estaba borrando y haciendo desaparecer evidencia o si simplemente estaba tendiendo una cortina de humo para concentrar la atención en un sitio especial (el mercado) y desviarla de otros sitios de interés (como el Instituto de Virología de Wuhan, cercano al mismo).
¿Realmente hay personas que creen que en el mercado húmedo de mariscos de Wuhan, donde se venden animales vivos o son sacrificados allí mismo (lo que implica que su tiempo de estadía no es muy largo), existen las condiciones ecológicas para que puedan vivir simultáneamente y en contacto íntimo murciélagos y pangolines (que son llevados ilegalmente desde regiones muy distantes por lo que no existe una coincidencia temporal y geográfica) durante un tiempo lo suficientemente prolongado como para intercambiar repetidamente material viral que favorezca la adquisición de los receptores específicos que les permiten invadir las células humanas y que luego exista una transmisión humana sostenida, repetida, prolongada y continua hasta que el virus evolucione de tal forma que pueda dar origen a una pandemia?
Por el contrario, las posibilidades de que ello ocurra son infinitamente pequeñas, así como la supuesta “aparición” del Sars-CoV-2 en dicho mercado durante el mes de diciembre de 2019.
En conclusión, la posibilidad de que el Sars-CoV-2 haya “aparecido” espontáneamente en el mercado de Wuhan luego del contacto entre murciélagos y pangolines es extremadamente baja, debido a que no existen pruebas concluyentes, ni epidemiológicas, ni geográficas, ni zoológicas, ni biológicas, ni genéticas, ni temporales, ni clínicas, que permitan hacer esta afirmación.
Basado en el libro COVID-19 – CÓMO UTILIZAR POLÍTICAMENTE UNA PANDEMIA, por Distel Steg. https://www.amazon.es/dp/1914576500?ref_=pe_3052080_397514860