La agenda que destruyó a Sri Lanka llega a Europa: La Unión Europea le declara la guerra a los fertilizantes
Las mismas propuestas que generaron el colapso económico y social en Sri Lanka ahora adquieren un mayor protagonismo en Europa. La Comisión Europea pretende desalentar el uso de fertilizantes minerales en favor de los orgánicos, a fin de reducir el consumo de combustibles frente a la crisis.
La Comisión Europea pretende importar la agenda ecologista que llevó a la destrucción total de la economía de Sri Lanka, declarándole la guerra a los fertilizantes minerales. Las autoridades europeas buscan determinar un nuevo marco regulatorio que desaliente este tipo de productos sobre la actividad agrícola, una medida que atenta abiertamente contra la productividad del sector y su competitividad frente a importaciones.
La organización con sede en Bruselas se dispone a generar un arsenal de regulaciones para desalentar progresivamente el uso de fertilizantes minerales y reemplazarlo por los orgánicos, del mismo modo en que ocurrió en Sri Lanka.
Según explicó la Comisión el uso de los medios convencionales involucra un gran consumo de combustible sobre la maquinaria agrícola asociada al proceso, y se responsabiliza erróneamente a este hecho por la crisis energética que actualmente azota al viejo continente.
Pero los fertilizantes orgánicos generan un sobrecosto significativo por sobre otras estrategias para organizar la producción. Y deteriorándose la competitividad de los agricultores frente a la competencia extranjera, las regulaciones también generan una mayor reticencia a la expansión del libre comercio con regiones como el Mercosur (con grandes proveedores de materias primas).
Incluso reconociendo que los medios convencionales permiten la productividad necesaria para combatir la inseguridad alimentaria, el programa ecologista de la UE avanzará hacia un mayor ahorro energético sin importar las consecuencias para productores y consumidores.
“La Comisión trabajará con los Estados miembros para garantizar que las intervenciones pertinentes, como los planes de gestión de nutrientes, la mejora de la salud del suelo, la agricultura de precisión, la agricultura orgánica y el uso de cultivos leguminosos en los esquemas de rotación de cultivos, sean ampliamente adoptados por los agricultores”, reza el comunicado de la Comisión Europea.
Los mercados rechazaron mayormente el uso de los fertilizantes orgánicos ya que ofrecen una rentabilidad inferior a la que se podría conseguir por otros medios. La UE adoptará medidas “compensatorias” como subsidios dirigidos para proveedores alternativos de fertilizantes, así como la eliminación de aranceles para el amoníaco y la urea, ambos utilizados para la producción de fertilizantes nitrogenados.
Las consecuencias de la “agenda verde” fueron especialmente catastróficas para Sri Lanka, un país que aplicó el programa ecologista al pie de la letra y sin ningún reparo por el gradualismo. Los efectos fueron contundentes: caída más violenta en el PBI desde 1948, crisis política, crisis social, 300 muertos por represión de protestas y huida del Gobierno.