¿Justicia futbolística? Catar es el primer eliminado en el mundial de la vergüenza
Marcelo Duclos.- Los entresijos de la FIFA (FIFA Undercover) de Netflix es una miniserie documental que deja boquiabiertos a los aficionados que piensan que detrás del fútbol internacional hay algo medianamente limpio y transparente. La organización que reúne a las federaciones de los distintos países bien podría tener el formato de empresa y manejarse como tal. Sin embargo, mantiene su conformación legal original, que en los papeles es “sin fines de lucro”. Las fortunas que manejan sus funcionarios y la discrecionalidad de sus organismos hicieron del denominado “FIFAGate” algo absolutamente predecible, que dejó en evidencia como se tomaron en las últimas décadas las decisiones del fútbol mundial. Catar 2022, para muchos “el mundial de la vergüenza”, fue el último capítulo del reinado de un Joseph Blatter, que parece no tener muchas diferencias con su sucesor, Gianni Infantino.
Cabe destacar que la elección de la sede del actual torneo fue tan impune que el mismo Blatter había apoyado puertas adentro la candidatura norteamericana (pospuesta para el próximo y compartida con México y Canadá), algo más lógico que el delirio catarí. Pero la corporación que ayudó a consolidar ya se había empoderado lo suficiente para decisiones autónomas. Incluso por encima del veterano dirigente renunciado y suspendido por un sinnúmero de escándalos que sucedieron durante su gestión.
Los dirigentes cataríes, que consiguieron la localía en la FIFA hace varios años, serán muy religiosos con otras cuestiones, pero con el tema de la mentira resultaron ser bastante laxos. Parece que hay algunos jaram más válidos que otros. Es que, con los turbantes blancos puestos, se cansaron de asegurar ante las cámaras que la elección de la sede fue algo honesto, sin sobornos ni dinero de por medio. Algo menos creíble que el supuesto respeto a los derechos humanos en su país.
La pregunta sobre la seriedad futbolística de Catar iba a quedar en evidencia finalmente en el único espacio donde los negociados de la FIFA tienen poca influencia: en el campo de juego, donde hay 11 contra 11 y puede pasar cualquier cosa. Como era de esperar, el fisco fue absoluto. Casi como en un acto de justicia divina, el local terminó siendo el primer eliminado del torneo.
En el partido inicial, la selección catarí se enfrentó a Ecuador. Aunque cayeron por 2 a 0, el resultado arrojó polémica. No fueron pocos los que aseguraron que los sudamericanos le “hicieron un favor” al equipo local, que pudo haber recibido una paliza mucho peor. En el segundo encuentro tampoco hubo sorpresa y cayeron nuevamente ante Senegal por 3 a 1. El otro resultado del grupo hoy (un empate entre Países Bajos y Ecuador) condenó a la selección de Catar a jugar el último partido solamente por el honor, sin chances de acceder a la próxima ronda.
Nada de esto es sorpresa, pero el hecho de haber sido el primer eliminado, con dos duras derrotas a cuestas, evidencia algo que ya era muy claro: la nula historia futbolísitica de un país que accedió a ser sede del mundial por cuestiones muy diferentes al deporte.
Era candidata a ser la peor anfitriona de la historia y se ha cumpido. No tienen nivel para competir en un Mundial.
Justicia futbolística.
Me alegro mucho.
¿Para cuándo la justicia española va a investigar a los responsables españoles de haber llevado el campeonato del mundo a ese país, donde se violan todos los derechos básicos de las personas…?