Manuel Agustín Heredia
El día 4 de mayo de 1786, veintidós años antes de los fusilamientos genocidas que el ejército francés perpetró en Madrid, con motivo del alzamiento del pueblo español contra Napoleón Bonaparte, vino al mundo D. Manuel Agustín Heredia Martínez en el riojano pueblo de Rabaneda de Cameros.
MAH fue un empresario, industrial y comerciante, pionero e impulsor de la Revolución Industrial en España. Sabemos muchas cosas de su vida gracias a que su nieta María Pía Heredia Grund lo dejó escrito en sus memorias de 1952, cuando ya contaba los 87 años.
Los miembros de otras grandes familias de cameranos que llegaron desde La Rioja hasta Málaga en el siglo XIX como los Larios, los Félix-Sáenz, los Gómez, no se preocuparon por dejar constancia escrita de sus hechos. Gracias a esta mujer, se insufla vida a los nombres egregios que han permanecido demasiado hieráticos en el pabellón de las glorias Malagueñas.
Con quince años, trabajó de dependiente en un comercio de Vélez-Málaga. Sus primeros proyectos empresariales comenzaron en 1808 durante la Guerra de Independencia en Gibraltar, relacionados con el comercio de los frutos secos, vino y el mineral de grafito de Benahavís. Con veinticinco años ya alquilaba un caballo y se ponía en una tarde en Vélez-Málaga, para comprar almendras, pasas y aceite. Estos productos no podían venderse allí porque el comercio estaba paralizado por la Guerra. Así que todo lo compraba a precios tirados por los suelos, sacando enormes beneficios al darle salida a un precio mucho mayor. Esto fue el origen de su fortuna. En materia comercial la Málaga del XIX estaba virgen y según el propio Heredia lo difícil sería ganar los primeros 20.000 duros y una vez conseguido esto, con prudencia y trabajando mucho, llegó a ser el hombre más rico de España.
Había peligros por la guerra contra los franceses. Un día yendo a Marbella a visitar las minas de grafito que ya poseía fue atrapado por una partida de guerrilleros que lo obligaron a apuntarse como voluntario. Menos mal que pudo escaparse.
Cuenta la nieta María Pía cómo conoció a su futura esposa, Isabel Livermore Salas, hija de Thomas Livermore Page que tenía seis hijas. Fue en una casa de la calle Alamos. Allí Isabel se ofreció a enseñarle a bailar y a los pocos días le pidió a Thomas la mano de su hija. Thomas Livermore se sintió honrado con la petición, pero le advirtió: “Yo de usted tengo muy buena opinión, pero usted es un hombre que se lo debe todo a sí mismo y tal vez desee una mujer que sea tan trabajadora como usted. Mis hijas saben tocar piano, pintar, bailar, pero nada práctico”. Este hecho marcó su vínculo definitivo con la burguesía malagueña, lo que sería determinante para sus futuros proyectos industriales.
La boda se celebró en 1813 y tuvieron doce hijos de los que llegaron a la edad adulta sólo siete.
El hijo mayor también llamado Manuel Agustín, se casó con Trinidad Grund Cerezo. Este hijo estaba desequilibrado y cuando estaban cenando después de unas cacerías en Motril, se suicidó de un disparo, dejando a su viuda embarazada de su segundo hijo.
En 1856, varios Heredia iban a la Feria de Sevilla a bordo de vapor “El Miño”, cuando éste fue embestido por el enorme velero de transporte inglés “El Minden” con lo que el primero se hundió en 3 minutos falleciendo 65 personas, succionados por el remolino del barco al sumergirse. Trinidad Grund sobrevivió, pero perdió a sus hijas.
Pero volvamos con MAH. En 1826 creó “La Concepción” en Marbella, los primeros altos hornos en España, que se emplearon para producir hierro colado. Y en 1833 fundó la “Fábrica de la Constancia” en Málaga, necesaria para el afino del hierro procedente de La Concepción.
Tengamos en cuenta que la Primera Guerra Carlista había paralizado la actividad metalúrgica en el Norte de España. Además en 1837, entró en el negocio de la fundición de plomo de Almería adquiriendo “San Andrés” en Adra. En 1839 coincidió con José Antonio Ybarra, de los altos hornos de Vizcaya en Londres, poniéndose de acuerdo para acaparar el despegue de la Industria del Ferrocarril. En 1840 MAH ya es el mayor empresaria de España, con 2500 trabajadores sólo en las siderúrgicas, muchos de ellos de etnia gitana.
Quizás un detalle que no es bien conocido por el público, es que Manuel Agustín Heredia dio su apellido a sus empleados gitanos, para que pudieran obtener papeles y así poder viajar a Inglaterra, para aprender las técnicas de laminación de hierro y aplicarlo después a su industria La Constancia. Tanto es así, que hoy día muchos “calés” confiesan con orgullo: “Yo es que soy pariente de D. Manuel Agustín Heredia”. El industrial también creó en aquella época la fundición “El Martinete” empleando a muchos calés. De ahí procede El Martinete, el sonido flamenco de la fragua. El martinete es considerado flamenco puro y representa un verdadero desafío a los cantaores, ya que es considerado un cante duro, seco y valiente, es decir, el cantaor se sitúa delante y solo se acompaña de un sonido percusivo que imita el de los antiguos golpes de la fragua.
Aparte de la siderurgia, adquirió dos fábricas de jabón y una flota de 18 buques mercantes que comerciaban con América y entró en el negocio de seguros marítimos fundando la Unión Malagueña.
En 1843 fue nombrado senador por la provincia de Málaga, pasando a senador vitalicio en 1845. Participó en la fundación del banco de Isabel II. Intentó fundar el Banco de Málaga, pero los políticos de Madrid se lo impidieron.
En 1844 sus fábricas en Málaga ya producían el 72% de toda la fundición española.
MAH falleció el 14 de agosto de 1846 en Málaga, no llegando a ver la inauguración en 1847 de la fábrica de hilados La industria malagueña que llegaría a convertirse en la segunda fábrica textil algodonera de España.
Así, amable lector, cuando paseando por la ciudad veas la estatua en honor de Manuel Agustín Heredia en la avenida del mismo nombre y contemples a un hombre sentado en un sillón no creas que no le hacía falta descansar, después de todo lo que hizo por tu ciudad y por España.
Honor Gloria y recuerdo a este gran hombre, que tanto hizo por Málaga, por sus trabajadores, y por España.