El 95 por ciento de los padres que descubren que su hijo no nacido tiene síndrome de Down optan por el aborto, según afirma el director de un hospital irlandés.

El profesor Fergal Malone, director del Hospital Rotunda de Dublín, ha afirmado que el 95% de los padres a los que se les diagnostica síndrome de Down en su hospital optan finalmente por el aborto.

En total, se habrían producido unos 6.700 abortos en Irlanda en 2021, con el país viendo un aumento constante del número de interrupciones desde que se legalizó la práctica tras un referéndum en 2018.

Según un informe del Irish Times, el profesor Malone enfatizó que, si bien no alentaba las interrupciones para los padres en los que se daba el diagnóstico de síndrome de Down, muchos, sin embargo, optaban por interrumpir el embarazo a pesar de todo.

“No abogamos en absoluto por la interrupción del embarazo”, subraya el director del hospital. “La realidad es que la inmensa mayoría opta por la interrupción”.

“No tengo una opinión sobre si es lo correcto”, continuó. “No abogamos por ello, es sólo la experiencia vivida”

“No creo que se me ocurra ningún otro ejemplo de asistencia sanitaria -no un trasplante o una operación de cáncer, por ejemplo- en el que exijamos a alguien que pase por un proceso de consentimiento informado con un médico y luego se le exija que se vaya y vuelva en tres días para reafirmar su consentimiento”, remarcó, atacando la medida por “paternalista”.

En total, según un informe de Gript Media, en 2021 se produjeron unos 6.700 abortos en Irlanda, y al menos un grupo proaborto activo en el país recibió críticas tras afirmar que “celebra” la elevada cifra.

Sin embargo, aunque la cifra es lo suficientemente alta como para causar cierta controversia en el país, palidece en comparación con el número de interrupciones en Inglaterra y Gales.

Ambos países alcanzaron niveles récord de abortos en 2021, con más de 200.000 abortos en ambos países a raíz de la pandemia de COVID, según las estadísticas oficiales del gobierno.

Al menos el 99% de estos abortos fueron financiados por el contribuyente británico a través del servicio sanitario socializado NHS del país.

Mientras tanto, algunos expertos británicos prevén que la cifra récord seguirá aumentando en los próximos años, ya que el empeoramiento de la situación socioeconómica de Gran Bretaña anima a cada vez más padres a optar por no traer hijos al mundo.

“…con los continuos problemas para acceder a la anticoncepción, unidos a la crisis del coste de la vida, no nos sorprendería ver una mayor demanda en los próximos meses”, señaló el director de uno de los principales proveedores de abortos.

Los intentos de frenar el número de abortos en Gran Bretaña también han fracasado en gran medida, con un caso legal contra el aborto de bebés con síndrome de Down que fue desestimado en los tribunales en noviembre de este año, con los jueces decidiendo en última instancia que no importa que la posibilidad de interrumpir los embarazos sobre la base de que el feto es probable que tenga una discapacidad parece degradar la vida de las personas que viven con dichas discapacidades.