Permítanme que siga siendo un oscuro franquista
(R) Hablemos hoy de la superioridad moral de los rojales y otros líos. Si algo ha conseguido la izquierda patria, a parte de sus logros habituales; es decir, aumentar el número de parados, llenar el país de escoria… ha sido ganar la batalla cultural a la derechita cobarde y a la derechona decepcionante.
Mientras la derecha y la derechona se avergüenzan de defender a sus héroes, la izquierda defiende y reivindica a los suyos, y levanta el puño sin complejos ni vergüenza, al son de la internacional, uno de los símbolos icónicos de la ideología que provocó el asesinato de más de 120 millones de parias.
Pasar de la octava potencia mundial, como éramos en la dictablanda, a la dieciséis que somos actualmente, si bien no es labor exclusivo de los rojales, sí podemos adjudicarles el 80% del mérito.
Destrozar la autoridad, de padres, profesores y cuerpos de seguridad, legislar para el delincuente, es decir, para ellos mismos, es otro de los logros de la izquierda disfrazada de progresista.
Pero la jugada maestra ha sido apropiarse de todo el colectivo sodomítico, promocionando desde la infancia cualquier práctica sexual reñida con la familia tradicional.
Si para estar a la moda hay que despreciar la propiedad privada, la autoridad y la familia, levantar el puño y usar el ano, con fines lúdicos, permítanme ustedes que siga siendo un oscuro franquista.
*Ex coordinador de Vox en el municipio malagueño de Mijas.