De escándalo en escándalo hasta el infierno final
Vamos a ver, ¿cuándo se dará cuenta la disidencia de que los culpables de este horror babilónico impresentable que padecemos no la tienen la mafia luciferina, las brujas, los demonios, los abducidos de Monte Pelado, los chaperos de Satanás, las Gorgonas del Tártaro… no: la culpa no la tienen solamente los polítikos, los jueces, los perrodistas, los médikos, las fuerzas del orden (mundial) Noooo….
Por ejemplo, para acabar con la serie “Escándalo: relato de una obsesión”, que pretende blanquear la pederastia, la solución no es coger firmas, ni manifestarse ante Tele5, sino no verla, pasar de ella. Si casi nadie la viera, esta falta de audiencia les quitaría las ganas a esta cadena, y a todas las demás, de hacer engendros monstruosos como éste. Es más, pondrían el primer capítulo, y luego la retirarían de la parrilla, por fracaso de audiencia.
La culpa es de la gente, de los que obedecen, de los que se tragan toda la porquería del sistema. La desobediencia es la clave: no colabores con el Mal, no veas el Mal, no oigas el Mal, no digas el Mal. La mafia satánica hace su trabajo, para eso están aquí, pero quien no hace su trabajo es el pueblo, al cual no se le pide que vaya a las barrikadas, ni que se juegue el tipo ante las balas, sino solamente que pase, que desobedezca, que no colabore. No culpemos a quienes hacen su trabajo, sino a la masa aborregada que verá esa putiserie porque le va el escándalo, la carnaza, los bajos instintos. Y así, si no se colaborara con nada (bakunas, bozales, restricciones al tráfico, pasaportes, pagar todo con tarjeta, etc.) todo caería en un plis-plas.
Y que no me vengan a decir que la gente que se traga toda esta bazofia son personas engañadas, a las que han atontado durante muchos años con lobotomías, con programaciones, con adoctrinamientos, con flúor, con radiaciones emitidas por dispositivos… No, basta ya de excusas con las que se pretende blanquear la estulticia de las masas, diciendo que es buena gente, pero sin muchas luces.
Como seres humanos que somos, dotados de raciocinio, tenemos el deber de pensar, de pasarlo todo por el tamiz de la razón, en vez de pastar como corderillos en flor en los envenenados pastizales del NOM. Pero me temo que la causa de todo no está en un bajo coeficiente intelectual, ni en las ingenierías sociales, sino en un alarmante subdesarrollo espiritual, que lleva a la gente a ver y aceptar toda esta basura sin rechistar.
Las masas, ¿han sido siempre así? ¿Por qué se han encarnado tantas personas aborregadas en este Fin de los Tiempos? Algún día lo sabremos.
Y atentos a la pisada, ojo al dato: lo siguiente –tras el aborto, la eutanasia y la pederastia– será el kanibalismo.