Cuando empecé a estudiar Derecho, a la temprana edad de 35 años, hace ya tres décadas, algún profesor de primer curso, y siento no recordar cual, nos recomendó leer “El Proceso”, de Kafka, para que viéramos lo complejo, y en ocasiones arbitrario, que es el mundo judicial.

Menos mal que Kafka no era español, pues de vivir aquí, en 2023, se volvería loco, en vivo y en directo.

En efecto, que les parece lo siguiente:

– El gobierno, formado por dos partidos básicos, PSOE y Unidas Podemos, y otros asociados, los independentistas catalanes y vascos, algunos “listos”, como Revilla, el de Teruel, que ahora es Aragón existe, etc., aprueban una ley, teóricamente de defensa de los derechos sexuales de las mujeres, la llamada ley “del solo sí es sí”.

– Una ministra de Podemos organiza un acto de defensa de “su ley” en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde con chulería de choni, y de analfabeta jurídica, critica al gobierno del que forma parte, y arremete contra él.

– El todavía presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ordena a “su” partido sanchista que reforme la ley, vistos los efectos perversos que está produciendo, en la punición de los hechos delictivos.

– Ciudadanos, un partido que va camino del sumidero de la política nacional, vota con sus 9 diputados a favor de la ley, faltaría más, y 4 diputados del PP, también.

– Esos mismos diputados de Ciudadanos, ahora arremeten contra la ley que han aprobado, y los 4 del PP, están “desaparecidos”.

– Sánchez intenta engañar a la opinión pública, dando a entender que la ley es sólo de Podemos, pero la realidad es que la aprobaron los dos partidos, y asociados.

– Otra ministra de Podemos, Belarra, arremete contra las empresas y bancos que ganan mucho dinero, diciendo que son unos explotadores de libro, e invoca el artículo 128, 2, de la Constitución, que permite que: “…Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio -que no es el caso, pues hay competencia-, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”.

– De aquí, a las nacionalizaciones, solo hay un paso.

– Al parecer, ignora que el artículo 38 dice claramente que: “Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la productividad”.

– Renfe y ADIF, en definitiva, el Ministerio de Transportes, Fomento o como se llame ahora, ordena la fabricación de trenes para prestar mejor servicio en Asturias y Cantabria, con el pequeño inconveniente de que son excesivamente grandes, y no pueden pasar por los túneles…, en unas regiones tan montañosas y escabrosas como esas. Pero ese “defecto”, ¿a quién le importa?

– La ministra del gremio dice que “rodarán cabezas”, y en efecto han rodado, las cabezas de dos subordinados, seguramente los menos culpables de la situación.

En fin, termino ya, que me estoy deprimiendo por momentos.

¿Pero ustedes creen que este gobierno es normal?

*Académico, jurista y escritor.
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