Encuentro en el hotel Westin de Valencia
Estanislao de Kostka.- Sábado 4 de febrero, 22:30 horas, llegan al hotel Westin de Valencia, ubicado en el antiguo edificio de la Lanera Valenciana, un edificio industrial construido en 1921 de estilo modernista, la plana mayor, los elegidos del Partido Popular, esta vez acompañados de Aznar y de Rajoy.
Allí estaba sólo el equipo cercano a Alberto Núñez Feijóo. A su derecha Aznar, a su izquierda Rajoy. Dos personas con caracteres incompatibles, que se conocen y en el fondo se llevan bien. Ya han hablado y han limado las asperezas, aquellas que genera que quien llega al Gobierno, ignore a sus predecesores en lo relevante.
Cena divertida. Alberto Núñez Feijóo es muy simpático y bromista en privado. Es vacilón y es muy buen tipo. Honesto, listo, inteligente y trabajador. No ha engañado a su electorado en cuatro mayorías absolutas. Es claro, directo y gestiona de forma excelente los equipos. Ningún escándalo mencionable en cuatro legislaturas. Predecible, como Rajoy, fiel a los suyos y muy exigente con la lealtad.
Allí se habló de lo humano y de lo divino, y poco de política. Lo poco de política que se habló se refirió a que el Presidente Sánchez es un cadáver político, está quemado y no tiene salvación. Y, sobre todo, de la protervia, la malicia y la perversidad en el actuar político de Sánchez, que asombra al propio Aznar y Rajoy, y tiene preocupado a Alberto, que ya sabe que se puede esperar lo peor de aquí a las elecciones generales.
El hotel valenciano que otrora vio la fábrica de la Industria Lanera Valenciana y antes dos pabellones de la Exposición Regional Valenciana de 1909, el Gran Casino y la Gran Pista, en febrero de 2022 ha sido testigo de una cena informal, pero muy reveladora de la realidad política. Hay optimismo en que se van a ganar las elecciones, pero no hay seguridad en gobernar.