1.245 chiringuitos, sin control alguno, malgastan el dinero de los españoles
En 1993 comenzó una grave crisis económica, y empezó a aumentar el paro en España, bajo la égida corrupta y despilfarradora de Felipe González y la PSOE.
Era su cuarto gobierno, que navegaba en una ciénaga de corrupción, enchufismo y derroche del dinero público, más o menos como ahora.
Pero como no venían fondos de la UE, pues todavía no habíamos conseguido que nos admitieran en el club, no había dinero para malgastar, y el país hacia aguas por todas partes.
González, o su ministro de economía, cuyo nombre siento no recordar, decidieron pegar el tijeretazo a parte del despilfarro del dinero público, y de una tacada, por real decreto, suprimieron alrededor de un centenar de organismos autónomos, que hacían de su capa un sayo, y no rendían cuentas a nadie.
Y aquí paz, y después gloria.
Hoy en día hay fundadas sospechas de que los fondos de la UE se están malgastando, no en inversiones productivas, ayudas a empresas en dificultades, apoyo a emprendedores, etc., sino en gasto corriente, lo que supone pan para hoy, y hambre para mañana. (Espero que me lean los “hombres de negro”, y actúen en consecuencia).
VOX se ha cubierto de mierda, ellos sabrán porqué, apoyando que el gobierno actual pudiera administrar esa fortuna millonaria, sin rendir cuentas al parlamento.
Si el parlamento no sirve para nada, pues aquí todo se hace por decretos-leyes, ¿por qué no lo suprimimos, o reducimos a la mínima expresión, y nos ahorramos un dineral?
Al fin y al cabo, todos votan lo que les ordena el amo de su partido, con una sola voz, y se ha confirmado en las votaciones de las tres últimas y aberrantes leyes: la ley trans, la ley del aborto y la ley del sólo sí es sí, por ejemplo.
(Por cierto, y ahora que no nos oye nadie, esto ya lo decía José Antonio Primo de Rivera, hace más de ochenta años).
Han proliferado los observatorios, que nada observan, las fundaciones que solo sirven para fundir el dinero público, los organismos autónomos, que se apoyan, precisamente, en su autonomía, que en realidad es autonosuya, en acertada expresión de Vizcaíno Casas, para no rendir cuentas a nadie, etc.
Las universidades públicas, okupadas por los marxistas, son un caso paradigmático de esas instituciones públicas, mantenidas por esa misma sociedad a la que se niegan a rendir cuentas de su “independencia”, haciendo lo que les da la gana.
Por no hablar, que también, de los defensores del pueblo autonómicos, que a nadie defienden, los tribunales de cuentas regionales que nada auditan –la cámara de cuentas de Aragón es una excepción-, los consejos económicos y sociales, en fin, los múltiples pesebres que sirven para dar de comer a los suyos, y que están colonizados por los partidos dominantes en el estado, regiones, provincias y hasta municipios.
Mientras sigamos teniendo tantos cientos de miles de parásitos, es imposible que ese caballo que es España, pueda ponerse en pie, y continuar su camino, en el ancho mundo de la Historia.
Porque España es, y conviene no olvidarlo, una unidad de destino en los universal, en acertada expresión de un gran pensador, que dio su vida por Dios y por España.
Académico, jurista y escritor.
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Ramiro, desearía compartir con usted y sus lectores esto que, a su vez, a mí me remitieron tiempo atrás. Desconozco al acertado y perspicaz autor/es: 1.- Algunos creen que en España hay socialdemócratas, conservadores o liberales, se equivocan. El Estado Español es una estructura de saqueo y expolio a las clases medias, con un sistema impositivo cuyo único objetivo es robar todo lo posible a la parte productiva de la sociedad. 2.- El sistema impositivo explota, saquea y roba, con un impresionante despliegue técnico, humano y propagandístico. En Hacienda están los mejores profesionales, tienen los mejores ordenadores, el resto de… Leer más »
Gracias, amigo.
Lo había leído en alguna ocasión, aunque nunca he podido identificar al autor, para felicitarle…
La pura y dura realidad.
Hoy por hoy, y desde hace décadas, el gobierno no es nuestro amigo, sino nuestro enemigo.
Y es triste decirlo, pero así lo pienso, en conciencia.
Por no hablar, que también, de los miles de empresas públicas, casi todas deficitarias, que se dedican a hacer la competencia desleal a las empresas privadas, y que sirven de “pesebre” para los políticos apartados de sus cargos, pero que hay que seguir alimentando bien, entre otras cosas para que no hablen demasiado…
Así es.
Pero a la gente le da igual que le roben, malgasten su dinero, en chufen a cientos de miles de personas a la teta pública, etc.
Definitivamente, cada país tiene el gobierno que se merece, y España no iba a ser una excepción.
¿Y que me dicen de los cientos -o miles- de fundaciones, que se financian con el dinero público, la gran mayoría sin ninguna utilidad socialreal, y que se dedican a fundirse el dinero de nuestros impuestos…?