El lobby feminista y los intereses creados
Estanislao de Kostka.- En el corazón de la estrategia feminista está la creación de miles de chiringuitos para colocar a las suyas. Desde el Gobierno se les riega con decenas de millones de euros, para que defiendan la causa feminista ideologizada, no para la defensa de las mujeres y sus intereses, sino para crear toda una red clientelar con subvenciones públicas, que lejos de solucionar el problema lo agravan.
Desde su perspectiva, defender a la mujer es atacar al hombre. Se equivocan, primero porque vulneran el sagrado derecho a la presunción de inocencia y, segundo, porque ideologizan y radicalizan la ley de violencia contra la mujeres y dividen a los iguales.
La Ley es necesaria, pero no ésta. Es una vergüenza, en un gran porcentaje de casos, como se trata a los hombres y como se les obliga a pasar una noche en el calabozo, a pesar de que se sabe que son inocentes. Si hay una llamada, se detiene. Primero se le mete en el calabozo y, después, se le pregunta, para a continuación ponerlo en libertad.
Los puntos lilas, las asociaciones satélites, los asesores sin formación que sientan cátedra, el wifi con perspectiva de género o el urbanismo de género son ejemplos de políticas públicas de derroche absoluto de recursos públicos. Pero lo más grave es cómo algunas son liberadas sindicales, profesionales de la manifestación y, por salario, acuden a cualquier protesta contra lo que no es de izquierdas.
El lobby feminista ha alcanzado un grado de desarrollo y organización, que es una verdadera máquina de dilapidar el dinero público y ya no defiende los intereses que dice representar, sino los suyos propios, sus intereses creados.
*Abogado jefe de AD y politólogo