El “circo” de Vox pone en riesgo la suma del bloque de derechas en las elecciones
EC.- En los últimos años, el análisis político en España se hace desde los bloques. El fin de las mayorías absolutas, con la aparición de nuevos partidos a izquierda y derecha de PSOE y PP, ha impuesto una nueva lectura de las estrategias y los sondeos. Si se lee desde este marco quién ganó o perdió en el primer día de debate de la moción de censura presentada por Vox, hay coincidencia entre parlamentarios de distinto signo en que la coalición de Gobierno ha salido reforzada. ¿Perdió el bloque de la derecha? Los expertos en comunicación política consultados sentencian que, a la espera de las próximas encuestas, hay una conclusión clara: Vox ha puesto en riesgo una suma alternativa a Pedro Sánchez en las elecciones generales. El presidente demostró sus habilidades y abusó del tiempo para vender la gestión de su Ejecutivo. Convirtió su exposición en una reivindicación del pacto con Podemos, que contrapuso al retroceso que supondría para el país que PP y Vox llegasen a la Moncloa. Para apuntalar su discurso, contó con la vicepresidenta Yolanda Díaz como partner. La lideresa de Sumar aprovechó el atril para lanzar su marca electoral. Existe cuórum en que ganó solo por el mero hecho de participar.
El despegue de la ministra de Trabajo está por cuantificar en votos y escaños, pero este martes empezó a cundir en las filas del PP el miedo a que arrebate el tercer puesto a Vox y complique una futura investidura de Alberto Núñez Feijóo. “Vox se ha equivocado. Este circo solo ha servido para dar aire a Sánchez y a su escudera”. Esta era la reflexión más compartida entre los populares. Desde la dirección del partido verde, aseguraban que, pese a la “campaña de desprestigio” de la moción y el candidato, en sus trackings no habían sufrido desgaste en términos electorales. Estaban “satisfechos” por haber “salvado los muebles”. En el PP, dan por hecho que los de Abascal se dejarán sufragios tras este “experimento fallido”. La dirección nacional traduce lo ocurrido en el Congreso como la evidencia de que Feijóo es la única alternativa “real” a Sánchez. Celebran que tanto el presidente como el líder de Vox les hayan situado con su discurso en la “centralidad” y así sumar votos a izquierda y derecha para lograr la ansiada “mayoría suficiente”. Los barones no son tan optimistas.
“No todo el voto que pierda Vox llega automáticamente al PP”, explican los que ponen el acento en que el partido verde sacó a mucho “votante cabreado” de la abstención. Si la formación de ultraderecha entra en una espiral descendente, se complicaría la suma del bloque de derechas en municipales, autonómicas y generales. En el caso de las primeras, al ser circunscripción única, el efecto sería menor. Además, para las investiduras no se requiere mayoría absoluta en los ayuntamientos, lo que permite a los populares prescindir de Vox. Pero en comunidades como la valenciana, la caída de los de Abascal dejaría, salvo sorpresas, sin posibilidades a Carlos Mazón. En las generales, habría que contar con el efecto de la Ley D’Hondt y el reparto de escaños. Si Díaz logra un 15% del voto, como reflejan los sondeos que manejan en su equipo, Sánchez, con una segunda posición, tendría opciones reales de repetir en la Moncloa. Aunque Sumar le reste escaños y coloque el PSOE por debajo de los 100 diputados, el Frankenstein sería viable. El PP ganaría las elecciones, pero no tendría asegurada la gobernabilidad, que dependería de que Vox aguantase en posiciones por encima del 10%.
En Génova, mantienen la confianza en el voto útil, y ante un hipotético desplome de Vox, al que nunca dan menos de un 13%, su cálculo es que Feijóo triplicaría a la tercera fuerza y enfrentaría una investidura en solitario sin problemas. A los más veteranos del PP no les salen las cuentas y recuerdan el escenario de 2015 en el que Mariano Rajoy ganó las elecciones y el PSOE y Podemos fueron segundo y tercero. El popular necesitó de la abstención de los socialistas tras expulsar a Sánchez por su “no es no”. Si hoy se repitiese ese podio la izquierda se uniría para gobernar. En cuanto al discurso de la portavoz, Cuca Gamarra, el partido apuesta por ser muy duros con Pedro Sánchez e ignorar a Vox. Poco preocupan los ataques de Santiago Abascal acusándoles de ser cómplices del PSOE.
En Génova, siempre tuvieron claro que había que abstenerse. Ningún barón cuestionó esta directriz y, tras escuchar al líder de Vox y al candidato Ramón Tamames, se ha reforzado esta posición. La interpretación es que han acertado en su posicionamiento si tanto Sánchez como Abascal censuran el sentido de su voto. Más debate interno generó la ausencia de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso. El líder del PP siguió desde su despacho parte de la sesión. No pudo ver todo, porque acudió a una reunión en la embajada de Suecia. Se le acusó en la izquierda de “hacerse el sueco”, pero en el PP lo ven más “el gallego”.