Estanislao de Kostka.- El grado de corrupción de la política española en esta legislatura, recuerda los peores años del Gobierno de Felipe González. Como el presidente Sánchez ha copado todas las estructuras de poder público, político y judicial, y aquellos privados que ha podido, véase Indra, los tentáculos de la corrupción son muy largos, de momento, sólo ha aparecido la punta del iceberg.

La corrupción de los gobiernos socialistas siempre está salpicada de prostitución y drogas. La de la derecha suele ser más fina y con menos vicio.

La corrupción llega a todos lados y está en todos los colores políticos, pero sin duda los socialistas son lo que han dado los mayores quebrantos a la cosa pública que tanto defienden. Sus corruptelas sobrepasan, por ejemplo en Andalucía, los 600 millones de euros de fondos públicos.

La derecha, en general, no quebranta el patrimonio público en tal medida, sino que cobran sus corruptelas a la empresa privada.

Chimo Puig pasa por momentos muy difíciles, pero como es de izquierda no tiene que dimitir, la prensa calla los escándalos, su partido le apoya y aquí nadie asume responsabilidades políticas. Los escándalos de corruptela de la familia Puig son tan graves y plurales, que ya no queda esquina política, en la que no llegue la larga sombra del clan Puig. Del caso tío Tito, no está dicho casi nada.

Pero lo más sangrante es ver cómo casi todos los medios de comunicación callan y se dejan regar por fondos públicos, para no denunciar el estado de corrupción en el que vivimos, y del que ellos mismos forman parte.

*Abogado jefe de AD y politólogo