Las cuatro plagas del 98
La derrota del 98 frente a Usa no tuvo apenas consecuencias económicas, pero supuso una tremenda quiebra moral en la sociedad española. Esa quiebra dio impulso a cuatro corrientes que iban a plagar la evolución interna española y llevar a la guerra civil: el anarquismo, los separatismos, el socialismo y el regeneracionismo. Todos ellos tenían un fondo común: España tenía una historia nefasta y debía disolverse de un modo u otro. Cada uno tenía su receta, que no hace falta explicar, salvo el regeneracionismo, que resulta un tanto engañoso: no se oponía abiertamente a la idea de España, sino a la España histórica, es decir, la real, que había que destruir para construir otra España “a la europea”, en el sentido sumamente vago en que concebían “Europa”. Y cierta complacencia con los separatismos (era lógico que quisieran separarse de una “nación frustrada”) y con el socialismo, un movimiento también “europeo”.
Por entonces denunciaba Menéndez Pelayo “El lento suicidio de un pueblo que, engañado por gárrulos sofistas, emplea en destrozarse las pocas fuerzas que le quedan”. Esto lo decía en 1910, solo cuatro años antes de que los “gárrulos sofistas” se empeñasen en mandar carne de cañón a la PGM en beneficio de Francia e Inglaterra. Menéndez era seguramente el intelectual español más importante por entonces, reconocido como tal más allá de los Pirineos. Y es significativo que Ortega, el de la “historia anormal, enferma”, de España no le citase nunca.
Pero una cosa es denunciar una plaga y otra dar soluciones. Su otra frase más famosa no podía ser más desmoralizadora: “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio…; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra”. España había sido esas cosas y también muchas otras, y no debían olvidarse, pero de eso habían pasado varios siglos, no podía volver ni servía de gran cosa ante los retos que planteaban, entre otras, la cuatro plagas del 98. Y España quedaría condenada a volver “al cantonalismo de los arévacos y de los vetones o de los reyes de taifas”. Por un lado o por otro España no parecía tener salida. Afortunadamente también operaban en la historia otras fuerzas.
Y ahora, siéntate y llora… Estamos igual que en los años 1930, con los separatismos, las ciudades de 15 minutos ( carceles al aire libre ), el final de la inmediatez del coche, de la propiedad privada; con las epidemias artificiales, y vacunas de ARNm, que solo traen muerte, y que quieren hacer obligatorias, monitorear las ondas cerebrales, para suprimir la privacidad en el pensamiento y controlarnos mejor, la comida basura ( insectos, carne falsa, sintética). Al final va a tener razón un personaje ficticio, que anuncia una marca de detergente o jabón. ” Vengo del futuro, y es peor… Leer más »