Rusia condena el silencio de la ‘Cumbre por la Democracia’ de Estados Unidos ante la persecución religiosa en Ucrania
El embajador de Rusia en EE.UU., Anatoli Antónov, denunció este miércoles las represiones que sufre el clero y los fieles de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú (UPTs, por sus siglas en ruso), así como el silencio de los participantes en la ‘Cumbre por la Democracia’ organizada por EE.UU. en relación a esta persecución.
“El acoso de los monjes [del Monasterio de las Cuevas de Kiev] ocurre en un momento en que Washington celebra la ‘Cumbre por la Democracia’, en la que se escuchan lemas sobre la necesidad de respetar la libertad individual, de expresión, de conciencia y de religión. La falta de reacción ante los monstruosos actos de las autoridades de Kiev contradice sus objetivos declarados”, resaltó Antónov.
El alto diplomático estima que el silencio de los ponentes del foro sobre la discriminación que sufren los religiosos del monasterio, que se niegan a acatar la orden de las autoridades de abandonar las instalaciones, es “un doble rasero o una prueba de adhesión ciega a las directrices estadounidenses”.
“¿No son conscientes aquí de que en Ucrania hace tiempo que se expulsa a los clérigos de sus parroquias, se someten los templos a registros humillantes, se confiscan las catedrales y se acosa a los fieles con amenazas de violencia física y privación de la ciudadanía?”, recalcó.
En este contexto, Antónov lamentó que el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, haya sido invitado a la cumbre, organizada de forma virtual, ya que —asegura— él fue quien “organizó la bacanal de anarquía para dividir al mundo ortodoxo”. “¿Qué puede enseñar este individuo?”, se preguntó.
Al mismo tiempo, el jefe de la misión diplomática rusa instó a Washington a “pasar de la moralina” a la adopción de medidas concretas en el marco de la cumbre, para poner fin a “la blasfemia y la persecución” de los ortodoxos. En esta línea, reafirmó el apoyo de Moscú al clero y a los feligreses de la UPTs que pugnan por proteger el Monasterio de las Cuevas de Kiev.
Tensión que no cesa
La escalada de la tensión en torno al convento se agudizó este miércoles, 29 de marzo, fecha límite del ultimátum establecida por las autoridades para que los monjes abandonen el monasterio tras romper unilateralmente el contrato de arrendamiento.
Sin embargo, los monjes persisten en su negativa a abandonar el monasterio y han recurrido a tribunales para impugnar la decisión de Kiev, que alega supuestas actividades e ideología prorrusa de los religiosos como pretexto para desalojarlos.
Por su parte, el abad del convento, el metropolitano Pável, arremetió este mismo miércoles contra el mandatario en un videomensaje. “Le digo a usted y a su jauría que nuestras lágrimas no caerán al suelo, caerán sobre su cabeza. ¡Dios no le perdonará a usted ni a su familia! […] No pudo parar al rabioso, furioso y odioso ministro de Cultura, así que lo hace todo con su permiso. ¡Tengan temor!”, resaltó el sacerdote, citado por medios locales.
Entretanto, para este jueves está previsto que un grupo establecido por Zelenski llegue al monasterio para recoger “los objetos que están a disposición” del establecimiento.
Desde el Ministerio de Cultura indicaron que los religiosos podrían permanecer en el monasterio si se unían a la nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania (PTsU, por sus siglas en ruso), no reconocida por el Patriarcado de Moscú, pero activamente promovida por Kiev como una rama cismática independiente.