La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad y, de hecho, es la base del progreso humano. Nosotros, como sociedad, traspasamos el conocimiento y nuestros valores de generación en generación a través de la enseñanza en las aulas. José Manuel Gallardo es uno de los más de 35.000 profesores de Religión que hay en España. Lleva 20 años dando clases en un colegio de Majadahonda, un municipio de Madrid.

La Iglesia se implica desde hace siglos en la educación creando instituciones educativas en todos los niveles, desde la tierna infancia hasta la enseñanza universitaria, profesional y la formación de adultos. Iker y Ana tienen 15 años y cursan 4º de la ESO en el colegio diocesano ‘Cardenal Cisneros’ de Guadalajara.

En toda España hay un total de 18.000 centros educativos. De ellos, 2.500 son colegios de ideario católico. En sus aulas hay más de 1 millón y medio de niños y jóvenes, y supusieron al Estado un ahorro de 3.722 millones de euros en 2019, año de la última memoria de actividades de la Iglesia. Además de los 330 colegios diocesanos donde estudian 110 mil alumnos como Iker y Ana, hay otros 1.200 pertenecientes a las congregaciones religiosas, como Salesianos o Escolapios.

Y es que para la Iglesia, la educación no es simplemente la transmisión de conocimientos. También formar a cada persona desde el corazón, ayuda a desarrollar sus capacidades, su inteligencia y voluntad, promoviendo personas libres, capaces de buscar el bien y de elegirlo para su vida. En nuestro país, más de 70.000 alumnos venidos del extranjero estudian en los colegios de inspiración católica. Suponen más del 15% de los alumnos inmigrantes. Eva Romero lleva 21 años en un colegio diocesano de Albacete. Para ayudar a niños de otras nacionalidades a integrarse, ha impulsado un club de atletismo.