Vox se desangra en Valencia con una ola de dimisiones y le obliga a buscar candidatos de “relleno” a la desesperada
La oleada de dimisiones que está sufriendo Vox en cada vez más municipios de la provincia de Valencia por la gestión de la ejecutiva de Ignacio Gil Lázaro empieza a tener consecuencias directas para la formación de Abascal. La más inmediata, las dificultades con las que se está encontrando la dirección valenciana del partido para confeccionar sus listas locales de cara a las inminentes elecciones municipales de mayo. La nueva dirección está imponiendo en muchos casos a jefes de filas de su confianza, lo que está provocando que los defenestrados se den de baja del partido. Pero no se van solos, sino que se marchan arrastrando en muchos casos a todo el equipo municipal, descapitalizando al partido.
A menos de dos meses para la primera gran cita electoral del año -las autonómicas-, Vox sigue sumando signos de debilidad política. La segunda quincena de marzo fue pésima para el partido verde. Empezó con la aplastante derrota en la moción de censura (estrategia que revitalizó al gobierno de coalición), siguió con el anuncio de ruptura de Isabel Díaz Ayuso (“Cada uno mejor por su cuenta”, lanzó la líder madrileña) y se cerró con una ola de dimisiones en la Comunidad de Valencia, con una crisis interna que amaga con poner en riesgo el triunfo electoral del bloque de derecha.
Las disputas y recelos en esta CCAA no son nuevos, pero se agudizaron en las últimas horas con renuncias de varios cargos jerárquicos. El malestar casi unánime es por el nombramiento desde Madrid de Ignacio Gil Lázaro como nuevo presidente del Comité Ejecutivo Provincial, en sustitución de José María Llano, quien contaba con el apoyo de las segundas y terceras líneas del partido.
La bronca interna venía de antes, cuando desde la capital, también a dedo, se eligió a Carlos Flores, condenado por violencia machista, como candidato a la Generalitat.
El concejal de Valencia Vicente Montañez puso en palabras el desencanto de muchos: “Creo que en Vox València se debería haber cuidado los activos internos antes de traer talento de fuera. El señor Flores, además, tiene una sentencia por malos tratos y tengo que decir que es algo que no me gusta”, dijo sobre esa elección.
Por estas horas, la mayor crisis -según el digital Levante, tiene lugar en la capital de La Safor, donde la agrupación local presentó su dimisión en bloque después de que la ejecutiva Lázaro impusiese a Manuel Millet como candidato del partido en Gandía.
El equipo saliente, liderado por Sonia Sánchez y Francisco Ferrando, hasta ahora jefa de zona y coordinador de Vox Gandía respectivamente, atribuye el nombramiento a un ‘dedazo’ de Ricardo Belda, hombre de confianza del presidente provincial y vocal en la ejecutiva de Vox Valencia, contra el que cargan con dureza. “Está haciendo mucho daño a Vox en Valencia”, denuncia Ferrando.
Millet fue expulsado del partido en 2021 “por inactividad y mala praxis” y en el último tiempo llegó incluso a ofrecerse al PP local, que descartó su fichaje. Sin embargo, la nueva conducción lo convocó para ser el primer nombre de la lista en Gandía.
A estas dimisiones se habrían sumado las de dos vicesecretarios y un responsable de organización de Valencia. Tan crítico es el panorama interno que la formación, a través de un comunicado, pide a los afiliados de la capital que sean “generosos” y acepten ser candidatos en localidades donde no llegan al mínimo tras la sangría de bajas. “Irán en puestos de relleno, que no se preocupen por eso”, aclara el escrito.
La semana que se termina fue pésima para la formación ultra. Empezó con la aplastante derrota en la moción de censura, siguió con el anuncio de ruptura de Isabel Díaz Ayuso y se cerró con una ola de dimisiones en la Comunidad de Valencia, con una crisis interna que amaga con poner en riesgo el triunfo electoral del bloque de derecha
Lo cierto es que si la crisis se traduce en una merma de votos, el bloque de derecha podría perder las elecciones. Los últimos sondeos dan una victoria muy reñida de PP-Vox contra el bloque de izquierda.
Los populares lograrían el 31,9% del voto en la región, con lo que tendrían entre 34 y 36 diputados en las Cortes. El PP lograría gobernar gracias a un hipotético pacto con Vox, que lograría un 15,3% de los votos y tendría 15 escaños.
Las suma de PSOE, Compromís y Podemos -coalición que ganó en 2019- se queda en algunos escaños menos, según las encuestas, aunque la definición está abierta y sujeta a los aciertos y errores políticos de estas últimas semanas.
Cuando se traicionan los principios ideológicos y morales, también se pierden los “activos” que lo que lo elevarona a su “status”.
que le den a vox
viendo que actuan como absolutos dictadores, hasta con su propia gente, ya nos estan anunciando lo que harian con los españoles si gobernaran
mejor que desaparezcan
hasta en el psoe tienen primarias, cohines!!!!