La producción de las vacunas covid no es responsabilidad de la industria farmacéutica sino del Departamento de Defensa de Estados Unidos, ya que han sido producidas como contramedidas militares, es decir, como armas biológicas. Por tanto, las farmacéuticas están exentas de toda responsabilidad civil y penal.

En la documentación que se presentó en agosto de 2021 a la EMA (Agencia Europea del Medicamento) se advertía  que la cantidad de efectos adversos sería altísima, a lo que la EMA no respondió absolutamente nada.

La farmacovigilancia en España no analizó ni un solo vial, ya que en el contrato de Pfizer quedó prohibido que el país analice esos viales, y se señala que la distribución tiene que ser militar.

Queda así documentado y probado que las vacunas son un arma biológica militar.