Fiascos culturales
Galicia, Valladolid, Cataluña entera, Murcia, toda Extremadura, Andalucía, Cartagena, Toledo, Soria y muchas más poseen el rango más que suficiente para dar una colleja a otras ciudades europeas en el apartado de cultura. Más aún, la cultura de otros países, atentos, proceden de manos españolas en muchas ocasiones. Gracias a tener un ministro de Cultura como el actual en España no nos extraña que no vendamos nuestros productos como uno de los más ricos de todo Occidente y no solamente de Europa. No necesitamos que nos nombren de vez en cuando, nos alardeen, como capitalidad de la Cultura Europea ya que día tras día somos uno de los pocos países que son Cultura Europea a todas horas. En cualquier parte de nuestro país, por donde lo mires, olemos, visualizamos…arte y cultura por doquier.
Cuando una ciudad es nombrada capitalidad europea de la cultura..” hasta las baldosas bailan flamenco” y, sin embargo, nuestros directores generales de Cultura en las Comunidades Autónomas siguen durmiendo la siesta del borrego. A veces creo que muchos no dan para más. Hasta es posible no llegar a entender el significado de ser una auténtica ciudad cultural y nos fijemos en auténticas y calamitosas excelencias que no pasan de ser algo más que superfluo y rancio. Un gran tipo comentaría que nos puede pasar como a San Agustín, obsesionado por la eternidad, confesó respecto al tiempo: sabía qué era, si no se lo preguntaban; si tenía que definirlo, no. Ahora que aplicamos “cultura” a saber jugar a la peonza, tendríamos que comenzar a realizar de nuevo algunos estudios.
Que sepamos, cultura, a secas, es el conjunto de conocimientos que una sociedad valora y transmite, especialmente su historia, obras y creencias. Quien está al día de ello, en principio, podríamos decir que es culto. El que se cree que tras el próximo 28 M será presidente del Gobierno, como se dice vulgarmente, confunde el tocino con la velocidad por mucho que aparezca en el mundo mediático. Cultura, sin embargo, es la carga intelectual, artística y creativa de una civilización. También la cultura puede llegar a ser el conjunto total de las creaciones humanas, de los materiales que realizamos nuestras diversas experiencias como individuos y como sociedad y, así, los hábitos que vamos asimilando y transmitimos. La cultura por tanto es como un subconjunto, propio y característico de cualquier grupo humano concreto.
Las diversas propagandas de las ciudades candidatos a ser nombradas con glamour cultural europeo, dentro de un conglomerado gastronómico, festivalero y piezas populares de toda índole que rara vez saltan fuera de los Pirineos, más allá de sus aldeas, quedan al margen muchas veces, incluso, un “super chef español” , sin cultura alguna, diría que “existe más cultura en una receta de cocina que en una catedral gótica”. ¿Es cultura europea? El secreto de una cultura inteligente es saber en qué estantería de la biblioteca está el Diccionario Larousse”. La educación es signo de cultura. Cediendo el asiento demostramos educación y no sabemos por qué no exhiben esa idea para obtener la nebulosa capitalidad.
Y ahora, con la movida de las Enseñanzas Artísticas, los apasionantes estudios de Filosofía, Arquitectura e Historia del Arte Antiguo y Contemporáneo, hoy más que nunca, parece que sus estudiantes van a tener más trabajo que nunca ante tanto vacío mental que poseen los que se creen saber algo. Esperemos y deseamos que un día de estos, por nuestras pistolas, concedamos a nuestro país, España, el título por antonomasia de País de la Cultura Europea y si vamos más allá, hasta es posible que Iberoamericana.