Sánchez prepara un descomunal fraude electoral
Ignacio Fernández Candela.- Deberíamos estar atentos a las múltiples señales intervencionistas, a las estrategias de compra de votos y a todos los indicios que apuntan inequívocamente a un descomunal fraude electoral en proporción a la corrupción socialista que no puede permitirse un cambio de gobierno, so pena de que se descubran los trapos sucios siendo los últimos denunciados, Tito Berni y las mordidas de la exdirectora de la Guardia Civil, pecata minuta, punta del iceberg de la putridez generalizada que pringa a todos y cada uno de los dirigentes socialcomunistas con Pedro Sánchez a la cabeza. Por eso la diligencia del desgobierno criminal que arruina España para intoxicar cuanta institución y organismo arriesgue, con regular funcionamiento, el verdadero proyecto golpista delineado desde la moción de censura contra Rajoy, siendo el engaño un modus operandi para descolocar la democracia con pasos agigantados hacia la erradicación del espíritu de consenso del 78.
He aquí la muestra fehaciente de una intención en el fraude electoral cuando antes se han tomado posiciones ventajistas para asegurar el amaño y justificarlo como decisión democrática, de modo que una maquinaria coordinada y coercitiva funcione como un rodillo contra quienes decidiesen impugnar o denunciar el juego sucio sanchista:
-Se están investigando- algo debe de escaparse al control de Marlaska- un sospechoso aumento de censo en los feudos socialistas.
-El Instituto Nacional de Estadística constata un aumento de población en torno al 60% en municipios del PSOE y 50 censos inflados en pueblos de Castilla y León.
-53 pueblos se encuentran bajo sospecha por un sensible aumento de población cercanas las elecciones del 28 de mayo.
-La emigración señala el crecimiento del fraude en los votos del exterior.
-La Junta Electoral advierte del posible pufo normativo que facilitaría votar dos veces a españoles fuera del territorio nacional.
-La petición de regularizar a medio millón de inmigrantes, y un largo etc. de irregularidades normalizadas bajo el carácter prevaricador del tramposo que busca a toda costa renovar legislatura por la cuenta, incluso penal, que le tiene.
No se explica la tranquilidad de la Oposición, la insensata aquiescencia de los principales partidos que callan ante la palmaria evidencia de estafa ante las urnas con INDRA descabezada y tomada para satisfacer las trampas monclovitas. Los recursos de Estado son malgastados en continuada prevaricación, ahora con 130 millones de euros adjudicados por el ministro Escrivá a la empresa responsable del conteo, con el objetivo primordial de renovar una legislatura que Sánchez ha perdido en la calle, pero que puede reactivarse en expectativas con innúmeras maniobras que puedan justificar la permanencia en una Moncloa amortizada, finiquitada, hedionda desde que el traidor se ha acomodado sin ninguna intención de ser relevado por la voluntad popular que lo aborrece.
De nada sirve denunciar después de las elecciones, primero porque no existe el consenso valiente de una Oposición unificada y segundo porque los tramposos argumentarían el retorno del fascismo, comodín de los sinvergüenzas después de 40 años de Constitución, contra la democracia en caso de que hubiese un unísono clamor político y social demostrado un pucherazo más evidente que los que hubo hasta ahora. Y mientras por los cerros de Úbeda, como si en España estuviera normalizado todo para confiar en unas elecciones limpias.
Pues no, lo que llega es un descomunal fraude y los responsables son las propias víctimas políticas que esperan ganar, desasistidos sus votantes que se arriesgan a un infierno de cuatro años para terminar de demoler la democracia en España.