¿Cansino Día del Libro?
Según como lo veas, el Día del Libro puede pasar de largo para unos al igual que muchos de nuestros grandes almacenes, los cuales, cuando llega la primavera, un mes antes te van explotando ojos y oídos para que te acerques a ellos. Otros, sin embargo, más sensibles al cambio de estación, seguro resonará más de una sorpresa a lo largo del día. Así es la vida y, el Día del libro, como uno más, con cierta caída en picado, hace lo que puede para sostenerse en una cierta mediana posición de ventas.
Si echamos un leve vistazo a los últimos informes de los libreros, comprobamos que la mayoría de los lectores de entre 10 y 13 años, parecen fascinados en ciertas colecciones que no dejan un producto sano en el interior de estos jóvenes. Se pone demasiado énfasis en que disfrute y no tanto en desafiarle o enseñarle a mirar más allá de sus pulsiones básicas. Mientras, la imaginación se inicia a erosionarse. En los inicios de la juventud, padres y profesores han tenido la barita mágica y, de ellos , ha dependido que la literatura caiga en el olvido o incluso se convierta por impuesta en una actividad odiosa.
Aún recuerdo mis jóvenes lectores de 8 a 10 años que se bebían anualmente unos 14 libros de unas 300 páginas cada uno y sin dibujitos. El ambiente creado en clase y algo en casa era descomunal. Hoy, de mayores, siguen la misma ruta. ¿Qué pasaba ahí? Ilusión y excelencia ante algo tan grande como era la lectura, la oratoria y la expresión escrita. Hoy día, a los centros educativos no les importa que la asignatura de Lengua Española la imparta un profesor de Educación Física y sin embargo, respecto a los profesores de Inglés, los nativos serán los primeros en impartir tal asignatura. En definitiva, le estamos dando más importancia a las lenguas extranjeras que a la propia. Por ahí se empieza, sobre todo cuando son pequeños.
Algunos especialistas en promocionar la cultura hablan de hacer autoexamen estableciendo comparaciones entre lo que se está haciendo y lo que se debería. Se hablan de bibliotecas transformadas en espacios en los que se puede realizar cualquier tipo de actividad, realizar vídeos contando historias, espacios de conexión a internet, pero a la corta y a la larga hemos visto que ya, desde hace años, el tema no va ni con cola. Se sigue leyendo poco y mal, donde muchas veces, la vocalización deja mucho que desear. Con el Día del Libro al año no esperes mucho más. Sigo recordando a un ministro de Finanzas, francés y en sus intervenciones comentaba a los jóvenes que a pesar de que la lectura es una actividad solitaria, nunca se está más cerca de los demás que cuando se lee un libro. Palabras maravillosas y de gran calado si eres un lector de veras.
Un escritor argentino escribiría en prensa un artículo titulado “Elogio de la lectura” donde daba razones suficientes cuando aducía: “No existe mayor ejemplo de generosidad humana que una biblioteca. Leer nos brinda el placer de una memoria común, una memoria que nos dice quiénes somos y con quiénes compartimos este mundo”. Si una persona joven preguntase, decía Todorov, cómo era la vida en una dictadura soviética, le diría que leyese “Vida y destino” de Vasili Grossman. Un intelectual griego asentado en Francia, Vassilis Alexakis contaba que tras el fallecimiento de sus padres, los personajes de los libros de su infancia se convirtieron en su familia: D´Artagnan, Alicia, don Quijote, Tarzán, etc.
En definitiva, no está mal tener un Día del Libro, no. Ni es malo ver la realidad y las sombras que nos abaten sobre el mundo lector, Lo que sí es bueno, necesario y hasta exigente la ilusión de los profesores, profesores de todas las áreas, por el mundo de la lectura.
No nos sirve cualquier libro al azar comprado en librerías o en centros comerciales. El arte de buscar un buen libro y que deje buena simiente en las almas de nuestros niños y jóvenes es fundamental. Aún recuerdo el libro más leído por mis alumnos. Algunos lo leyeron dos veces más por su conexión y empatía con esos niños: “El rey de los mendigos y otros cuentos hebreos” de Peninnnah Schram, de la colección Cucaña en Vicen Vives. Todo es cuestión que guste leer y ofrecer a los principiantes aquellos libros que merezcan la pena. Más tarde, una buena conversación sobre tal obra de arte realizará verdaderos prodigios. Eso sí que es un buen Día del Libro y nada cansino. No esperemos mucho de los diversos ministros de Educación, de un color o de otro. Ambos bandos ¡ni idea! Las Escuelas de Magisterio, si lo desean, poseen las pócimas perfectas al igual que nuestros hogares.
¡Feliz día!
Empecemos por los autores clásicos: Homero, Virgilio, Dante Alighieri (ediciones críticas, en prosa), literatura española renacentista, en verso, en prosa, teatro en verso… ¿Dónde están los profesores de Lengua y Literatura Española? ¿Cómo es posible que si un profesor de Secundaria (ESO y Bachillerato) de esta asignatura está de baja sea suplido por otro profesor de la rama de Humanidades (Periodismo, Psicología, Ciencias Sociales, etc) o incluso proveniente de otra Filología (Inglesa, Clásica, Francesa, Catalana…)
Por otra parte, si los niños y adolescentes no ven a sus progenitores con un libro en las manos poco resta a la esperanza.