Miguel Sánchez.- Lo que el lunes pasado ocurrió a la salida del féretro del patriota D. José Antonio Primo de Rivera, del Santo Valle de los Caídos, Caídos por Dios y por España, en la que una policía corrupta, sin honor, sin lealtad, ni principios, ni la más mínima dignidad, demuestra una vez más, el tipo de policía que padecemos.

Esa panda de Hijos de la Gran Puta, que al paso del féretro del cuerpo de José Antonio Primo de Rivera, se dieron la vuelta, dándole la espalda, es propio de Ratas de alcantarilla y deberían tener en su Hoja de Servicios, la peor mancha posible, como auténticos miserables, sin lealtad, sin honor, sin dignidad, sin nada que justifique tal despreciable afrenta.

De toda la vida de Dios, los hombres uniformados, bien fueran militares, policía o Guardia Civil, al paso de cualquier cuerpo delante de ellos, se ponían firmes y saludaban marcialmente.Fuera quien fuera dentro del féretro, hasta el más humilde y pobre de los mortales.

Ya ocurrió el 24 de octubre de 2019, en la PROFANACIÓN de nuestro Caudillo, que no solo no tuvo los Honores y salvas correspondiente a su salida de la Basílica, por haber sido Jefe de Estado, sino que en el traslado del coche mortuorio al helicóptero Super Puma del 402 Escuadrón del Ala 48 del Ejército del Aire, (el tipo de nave aérea que se utiliza para transportar autoridades) el malnacido piloto el Coronel Alfonso María Reyes Leis y sus dos ayudantes, el copiloto y el mecánico de vuelo, no solo dieron la espalda al féretro de nuestro Caudillo, sino que los cobardes y maricones militares, se escondieron en la parte contraria, por donde la familia del Generalísimo, introducía el féretro en el Helicóptero, todo con la intención y el desprecio más absoluto, para no tener que saludar al Jefe de Estado del Régimen del 18 de Julio.

Auténticas sabandijas y miserables militares, propios de un País en el que no hay, no solo ya el mínimo decoro, sino el desprecio más absoluto, sobre un cadáver, cualquiera que fuera dentro del mismo.

Sin embargo, esta BASURA de militares, de inmediato se pusieron firmes y marcialmente saludaron a los talibanes y delincuentes Profanadores, que representaban la máxima autoridad gubernamental del Ejecutivo Bolchevique de ROJOS E INDESEABLES, tales como la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que actuó como notaria mayor del Reino y por tanto levantó acta. Acompañada del secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y del subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo

Ya dijo Merry, que leyó entonces el reglamento mortuorio para acusar al Gobierno de profanar la tumba. «Estaba temblando como un flan, muy patético», recordaban fuentes presentes en el momento de la Profanación. Fue entonces cuando lanzó la maldición:

«¡Que la maldición de desenterrar a un muerto caiga sobre vosotros!»

No hubo honores militares, como ellos hubieran querido. Ni bandera nacional, como también reclamaron. Pero el féretro sí fue cubierto, a petición de sus descendientes y autorizado por el Ejecutivo, con el escudo del Ducado de Franco que incorpora la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima condecoración militar que al Caudillo, le fue otorgada en mayo de 1939, al término de la Guerra Civil. Junto al estandarte, una corona de laurel adornada con la inscripción ‘Tu familia’ y dos lazos en forma de flor con los colores rojo y amarillo de la bandera, y con ella, un ramo de flores rematado con lazos también con los colores de la enseña nacional. Los Franco querían simular las cinco rosas de las que habla el ‘Cara al sol’, el himno de la Falange, según explicó el letrado del clan, Luis Felipe Utrera-Molina.

Por el contrario la puta ministra Dolores Delgado, dijo:

«Ha sido un homenaje a la dignidad democrática, a la memoria de las víctimas»

Ese día, el ROJO, cobarde y criminal de Pedro Sánchez se multiplicó a partir de la exhumación del Caudillo. Compareció en la Moncloa, luego rindió tributo a las Trece Rosas en el cementerio de la Almudena y luego mitineó ante unas 1.500 personas en Guadalajara. Allí remarcó que este es un día para el reconocimiento de las víctimas del franquismo y también para el «recogimiento«, ya que en muchas familias hay «una conexión emocional«, informa EFE. El presidente logra, a una semana del arranque de la campaña, un galón fundamental: una promesa cumplida. Y no una cualquiera, sino la de mayor calado simbólico desde su llegada al poder. La que pudo ejecutar, tras una larga pelea con los Franco, 16 meses después.

Por ese gran “mérito”, conseguido por un H.P. militar COMUNISTA, fue ascendido de Coronel a General de Brigada. Rindiéndole los mayores honores, el Gobierno de asesinos, ante una afrenta, que él y los otros dos militares que le acompañaban «se dieron la vuelta para no tener que saludar militarmente al Caudillo», que se encontraban al otro lado del helicóptero al introducirse el ataúd para «esconderse».