Vapuleo a la Justicia
El próximo 16 de mayo se inicia la marea negra de jueces y fiscales en toda España, tema que nuestra ciudadanía, sin duda, se alegrará y llorará al compás. El acoso y derribo de la política progresista y sus secuaces compinches, por ahora, lleva las de ganar.
Olvidarnos que la Administración de Justicia no solo es un servicio público sino uno de los poderes del Estado conlleva mal agüero y auténtico polvorín de mil pares ¿Qué podíamos esperar de unos grupos que vaguean, y ponen en cuestión desde el Arco Parlamentario las buenas raíces de un país que ha sido imperio? ¿Quiénes serían los lindos personajes que les abrieron las puertas a estos secuaces pistoleros para hacer de esta bella casa un auténtico basurero ?
En esta legislatura hemos confundido el Derecho con la mera fuerza política. Despreciamos las sublimes leyes, abusamos con derechos torcidos y asesinamos por la vía rápida la moral que residía en nuestros santuarios legislativos. La misma Clara Ponsatí y muchos más nos están demostrando como se torea en las distintas plazas de España y hasta al propio Supremo. Ella y muchos otros de tal malaje están siendo los que viven a cuerpo de rey. Mientras, Mohamed VI frotándose las manos.
Si “aquí ya no hay quien viva” en el ministerio acorralado por los secuaces de turno, tendríamos que implorar más allá de los Pirineos pero ello les va fundamentalmente a los Señores de las diversas Ciudades de la Justicia, los cuales palpan el clamor de los españoles y el suyo propio. Los Sres. Jueces, no nos olvidemos, desprestigiados a más no tomar, permitieron que los partidos políticos españoles fuesen los que los nombrasen en los altos tribunales y por la politización de los órganos del poder judicial. Ellos mismos entraron a la cueva de la mano de estos y aquellos y, por tanto, ahora son víctimas de sus propios errores que de manera indirecta llegan al pueblo español.
El día que nuestro país tenga una justicia independiente y justa, sin afiliaciones, los ciudadanos no se verán marginados y ya no existirán varas de medir de tipo alguno. Cuando comadrejas venidas de las aldeas españolas con delirios de grandeza no entren al Arco Parlamentario por no tener “carnet de normalidad” es posible que las aguas vuelvan a su cauce. Será entonces cuando soplemos de lo lindo y Europa empiece a mirarnos decentemente. A estas fechas, en manos de estos sátrapas, carecemos de peso y prestigio allí donde vayamos. Nuestra democracia marchita no es homologable en otro lugar. Mientras que el poder de los partidos políticos que revuelcan a España es excesivo, la marginación de la ciudadanía es más que intolerable y el atontamiento junto a la manipulación hacen una salsa picante desconocida.
Si nos faltase poco, ante tanta maldad del Desgobierno y cómplices, la ciudadanía se ha vuelto rebelde y de extremísima derecha, producto de los tiempos que estamos viviendo y con ello, la cohesión social ha salido disparada. El gallego y sus auxiliares, con paños calientes, no lleva buen camino por mucho que se crea cercano al sillón nacional. Nos da la impresión que si a ello le sumamos corrupciones, muchos verdugos y víctimas, cobardes, vagos y mediocres viviendo del Estado, las élites políticas están desmadradas. Esto no lo arregla “ni la madre que me parió” dice un vecino cercano. ¿Qué hacer?
Es posible sea saludable que jueces y fiscales cierren el portón y cuanto más mejor. Pero aún es más dulce y exquisito si viven la unidad, es decir, si todos ellos envían a Bruselas “cartas misiles” de auxilio al mismo tiempo que lo hacen a los presidentes de los gobiernos de los países que nos rodean. Y un salto más. Si los jueces y fiscales piden a los españoles que se animen al envío de cartas apoyándoles, tengo por seguro que ni el flautista de Hamelin de los hermanos Grim se lo imaginaría. Ante grandes retos, grandes delincuencias, no lo duden, grandes remedios. Para poner tiritas ya estuvieron los barcos españoles en las guerras que Zapatero enviaba y quedar bien ante la Unión Europea.
A jueces y fiscales se les pide un arrepentimiento por su torpeza en caer sobre manos de los partidos políticos. Ahora, como arrepentimiento, deben corredimir no sólo por ellos sino por su país. A ver si tienen bemoles. Cuando un niño se ve ladeado en su casa va a los vecinos, a los titos o a los abuelos. Que sirva el ejemplo.