Soñar es gratis
A falta de 20 días para elecciones no hemos de ser muy espabilados para saber, una vez más, que detrás de una buena política, sea de la marca que sea, debe haber una mujer u hombre, al menos, con cierta integridad y equilibrio.
Las antorchas que darían luz a estos postulados deberían ser: verdad, bien, servicio y acercamiento (la escucha y el entendimiento). Nos sobran demasiados políticos de espectáculo, mires por donde lo mires, que ennegrecen la política y la misma democracia y, dando la penosa imagen de un circo en los días de las fiestas patronales. Aquí no hay quien se libre al ritmo que vamos, donde las peleas de gallos, prohibidas en muchos estados, estos días andan sueltos, exaltados, vendiendo y comprando según lo que vaya marcando los diversos “Tezanos” regionales. Todo un ajuar de miserias y componendas que no llevan a buen puerto. Pero propongamos diversas soluciones que los diversos cabezas de lista no llevan en sus fueros internos. A ello tendríamos que añadirle la mediocre campaña española, mientras que no existan listas abiertas que permitan elegir de verdad a nuestros representantes.
Aunque el desprecio a la verdad no es novedoso, sí lo son los medios que hoy dan resonancia a mentiras y medias verdades y, de ello, tampoco se pueden evadir los cuantiosos políticos del maquiavelismo. Sin verdad, perdemos la libertad y la justicia y abrimos las puertas al puro arbitrio del pragmatismo con el triunfo de los fuertes y el desastre para los débiles en sus diversos aspectos, incluso los mentales.
El mundo del bien, nublado de satánicos postulados, sigue arrancando y sucumbiendo a la tentación de apropiarse de lo que pertenece a todos y con la búsqueda de consensos, alianzas y colaboraciones donde benefician “al común de unos pocos, de los de siempre”. Aquí, la dignidad humana tropieza de continuo y sirve mucho menos, al menos en mi tierra, que las “tortugas bobas”, animales que son adoradas desde los altares políticos.
El mundo del acercamiento a los demás, al encuentro, tampoco entra en campaña. El enfrentamiento continuo, descalificaciones y luchas constantes, en lugar de ser una actividad donde se analice y afronte los diversos problemas, donde se responda a lo que la ciudadanía necesita nos habla del caché humano del vario pinto nivel de los que dicen son nuestros representantes. Así, la polarización aparece como una estrategia diseñada por los gurús que perciben la gobernanza como una perpetua campaña, reconstruyendo las trincheras del odio que la Transición ya había superado.
Y por último el Servicio. No estamos en búsqueda del poder por el poder. Los cultivos eficaces para entender y practicar el poder como servicio pasan por mantenerse en permanente contacto con nuestra realidad de la calle, con sus alegrías y fragilidades y su empatía galopante hacia el mundo de la pobreza.
Podría pensar más de uno que lo escrito aquí goza de buena salud ilusoria e ingenua y, algo de verdad lleva. Buscar una buena política lleva consigo deponer a sus egos enraizados, sus pretensiones partidistas y sectarismos ideológicos. Cuando uno sale en listas de sus Boletines Oficiales Regionales se puede considerar oficialmente que es político y va a por todas desde sus propuestas. No estoy dispuesto a cambiar de forma de pensar y así se lo diré a las gentes que me deseen escuchar. ¡Sueñas Mariano! ¡Sí!, pero soñar no cuesta pasta.