UGT Y CCOO amenazan “la paz social”
Los sindicatos llamados mayoritarios amenazaron en las manifestaciones del 1 de mayo con dar por acabada “la paz social” que aseguran se ha vivido estos años de gobierno de socialistas y comunistas. Primero no es cierto, ya que en los últimos tiempos han sido numerosas las manifestaciones que han llevado a cabo distintos sectores tanto públicos como privados, aunque es cierto que UGT y Comisiones Obreras no estaban allí apoyando a esos trabajadores.
Agricultores, ganaderos, peluqueros, autónomos, propietarios destrozados por la ocupación, personal de los juzgados, guardias civiles y un largo etcétera han salido a la calle para reivindicar mejoras en sus condiciones laborales, ayudas para paliar los efectos de la sequía, de los precios de la energía, del pésimo funcionamiento de la Administración. Multitud de causas justas de las que los llamados agentes sociales han pasado olímpicamente.
La amenaza de huelgas lanzada contra los empresarios si no se suben los salarios sin ningún tipo de discriminación es de una irresponsabilidad supina y de un gran cinismo. Estos mismos sindicatos que exigen a los empresarios subidas de sueldos al ritmo de la inflación son los mismos que a sus empleados les niegan una subida que no llega ni al 2,5%. Sus dirigentes no están obviamente a la altura de las circunstancias. Han subido los salarios las grandes empresas, pero parecen desconocer el tamaño de la mayoría de la mayoría del tejido productivo de este país. Pymes y micro pymes que si no han cerrado las están pasando canutas para mantener los puestos de trabajo y mantenerse en pie y no pueden subir salarios.
Estos dos sindicatos de los que no conocemos ni sus cuentas, ni sus afiliados, ni los sueldos de sus dirigentes y que viven de la subvención (por cierto, más de 200 millones desde que gobierna Sánchez) deberían tener el pudor primero y la obligación después, de estudiar la situación de las empresas antes de meter en el mismo saco a todas, incluidas sus propias organizaciones, antes de amenazar con huelgas y empeorar aún más la situación que ya viven cientos de miles de ellas. Como, por cierto, hacen sus representantes en sectores tan importantes como la automoción. Deberían modernizarse, estudiar algo más la economía española y ser transparentes para que podamos creer que su papel es fundamental en una sociedad moderna, digitalizada y libre.