Descubren que los pueblos de México central resistieron fuertes sequías hace unos 1.000 años
El análisis de muestras de ADN antiguo ha revelado que los pueblos que habitaron hace un milenio la región central de lo que ahora es México resistieron una severa sequía que duró varias décadas, sin que se produjera un reemplazo poblacional, según un estudio publicado este jueves en la revista Science.
Antes de la colonización española, el actual territorio de México fue hogar de numerosas civilizaciones que ocuparon dos áreas culturales principales: la desértica Aridoamérica, al norte, habitada principalmente por cazadores-recolectores; y la frondosa y culturalmente rica Mesoamérica, en el centro y sur, donde florecieron entre 2500 a.C. y 1521 d.C. algunas de las principales civilizaciones prehispánicas, como los mayas y aztecas.
Hace unos 1.100 años se produjo un episodio de calentamiento global que afectó a todo el mundo. En América, las severas sequías reconfiguraron la demografía de las civilizaciones prehispánicas, así como el paisaje ecológico. Las evidencias arqueológicas indican que las sequías desplazaron hacia el sur la frontera entre Aridoamérica y Mesoamérica, alrededor de los años 900 y 1300 d. C.
El nuevo hallazgo
Las sequías habrían sido la causa de que los pueblos del norte de Mesoamérica fueran reemplazados por los cazadores-recolectores aridoamericanos. Sin embargo, esta hipótesis se basa únicamente en datos arqueológicos, por lo que los autores del nuevo estudio, encabezado por la Universidad Nacional Autónoma de México, recurrieron a análisis de ADN mitocondrial y genómico obtenido de los restos de 12 individuos que vivieron antes y después del episodio de calentamiento global.
Los genomas antiguos revelaron una continuidad genética en la población de la frontera norte de Mesoamérica, lo que contradice la hipótesis de reemplazo poblacional y sugiere que las comunidades locales permanecieron en su tierra natal, a pesar de las prolongadas sequías. Además, los investigadores descubrieron que la estructura genética de la población prehispánica se parece mucho a la de los mexicanos contemporáneos.