El PP certifica el cambio de ciclo y asalta feudos clave del PSOE
Recta final de la campaña, aderezada por las últimas encuestas que se pueden publicar en orden a la regulación electoral. Cinco días se han convertido ya en un abismo en política, pero las tendencias que se van dibujando arrojan un escenario de máxima volatilidad, en el que el devenir de algunas comunidades dependerá de un puñado de votos, por lo que todos los partidos apuran los últimos esfuerzos para movilizar a los suyos y espolear a los indecisos más rezagados.
Las municipales y autonómicas, además de la entidad que tienen por sí mismas, como proceso más pegado a la realidad social de los ciudadanos, suponen la antesala de las generales. El próximo domingo 28 de mayo se repartirá una nueva de mano de cartas a los partidos, con las que tendrán que jugar hasta que, a final de año, se decida La Moncloa.
La última encuesta de NC Report dibuja un escenario muy favorable para el PP, que certificaría el cambio de ciclo que surgió en 2015 y se asentó en 2019. Entonces, el PSOE obtuvo importantes cotas de poder territorial y actualmente gobierna en 9 de las 12 comunidades que se someten a las urnas. Según este barómetro, los socialistas solo serían capaces de retener con solvencia tres de estos territorios: Extremadura, Asturias y Navarra; por el contrario, el PP ganaría en siete regiones y arrebataría feudos clave para los socialistas como la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha. El pulso es máximo en varias regiones, a destacar en Aragón, Baleares o Canarias, donde la fragmentación política y el empate de bloques impiden anticipar el resultado.
El PP será la fuerza más votada en la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, Murcia, La Rioja, Cantabria, Ceuta y Melilla; mientras que los socialistas solo ganarían en Castilla-La Mancha, Extremadura, Canarias y Asturias. En Navarra vence UPN. Pero desde que los nuevos partidos irrumpieron en el tablero político ganar ya no es ser primero, sino llegar al gobierno y eso no lo consigue necesariamente la primera fuerza. Atendiendo a este reparto de poder, los populares estarían en condiciones de gobernar en solitario en la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia y necesitarían a Vox en territorios clave como la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha.
Este último feudo unido a Extremadura fueron las únicas mayorías absolutas de 2019 para el PSOE, que ahora se dilapidan, y mientras Emiliano García-Page se queda sin socios para poder revalidar el gobierno, Guillermo Fernández Vara se tendrá que apoyar en Podemos para mantenerlo. En Asturias y Navarra, la última resistencia del PSOE, Adrián Barbón y María Chivite reeditarán la fórmula que ya les permitió conseguir el poder en 2019. El asturiano con el apoyo de IU y la navarra con una coalición con Geroa Bai y Podemos, apoyada externamente por Podemos.
La deriva de los morados compromete al PSOE y la solvencia de las coaliciones de izquierda. En la Comunidad de Madrid, donde su incomparecencia serviría en bandeja la mayoría absoluta a Isabel Díaz Ayuso y en la Comunidad Valenciana, donde si no llegan a conseguir representación, sentenciarán el Pacto del Botànic, entregando la Generalitat a Carlos Mazón.
Mucho más ajustado está el panorama en las islas y Aragón debido a la fragmentación parlamentaria. Javier Lambán no gana las elecciones, pero podría revalidar el poder si consigue ahormar una mayoría del arco parlamentario alternativa al pacto entre PP y Vox, porque si estos consiguen atraer a algún partido regionalista, no tendrá ninguna posibilidad. En la misma tesitura se encuentra Francina Armengol, que debe cohesionar a una amalgama de siglas en su espacio para mantenerse en el poder. En Canarias, sin embargo, es la irrupción de Vox lo que puede acabar decantando la balanza hacia la derecha.
De certificarse estos resultados el próximo domingo, a expensas del recuento de los votos municipales, Alberto Núñez Feijóo sería el gran vencedor de la noche, porque conseguiría la joya de la corona: la Comunidad Valenciana, que le permitiría alfombrar su camino a La Moncloa, junto a las mayorías absolutas en Andalucía –junio de 2022– y en la Comunidad de Madrid; así como arrebatar territorios simbólicos al PSOE como Castilla-La Mancha y las victorias en Aragón, Baleares y La Rioja. Hasta ahora, el PSOE había abjurado del cambio de ciclo, pero si el mapa territorial se configura con este dibujo, Pedro Sánchez tendrá que remar a contracorriente hasta las generales de final de año.
Qué cambio de ciclo…cambio de Era es lo que hay. Ya nada será como era antes, empezando por nosotros que, al final, formaremos una masa de… nada.