¿Repetición de Elecciones en Navarra?
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu pero seguiria estigmatizada por su negativa a condenar el terrorismo de ETA, lo que le habría convertido a ojos del establishment navarrista UPN-PSN en un “paria político” al que hay que condenar al ostracismo y mediante pactos públicos o acuerdos tácitos impedir que acceda a ninguna instancia de poder en Navarra.
Chivite y la enfermedad del Poder
Tras las recientes elecciones a la Cámara foral, la utopía factible en Navarra sería la reedición de un Gobierno progresista integrado por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, presidido por María Chivite y que contaría con el apoyo externo de EH Bildu, quedando Esparza y UPN condenados a la larga travesía del desierto desde la bancada de la oposición.
Sin embargo, María Chivite se habría contagiado de un peligroso virus político, el llamado “sindrome de hybris”, citado por el médico y político inglés David Owen en su obra “The Hybris Syndrome: Busch, Blair ant the Intoxication of Power”. Dicho término procede de la palabra griega “hybris” que significa desmesura, y se conoce como ” la enfermedad del Poder” y se caracteriza por un afán desmedido por dominar, pasión que según Voltaire sería “la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano”, de lo que sería paradigma el intento del PSN por presidir tanto el Gobierno foral como el Parlamento.
Asimismo, el pensamiento de Chivite sería rígido e incorregible pues no tendría en cuenta las razones contrarias y sólo recogería datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción (” todos apoyarán al PSN para evitar el Gobierno de UPN”).
Sin embargo, las órdenes recibidas de Santos Cerdán desde Ferraz obligarán a los socialistas navarros a aparcar a todo atisbo de dependencia política con Bildu, sea en forma de apoyo expreso o abstención activa con el objetivo confeso de poder presentarse el PSOE en la próxima campaña electoral de Julio, libre de todo tipo de atadura política con Bildu.
Dicha política tendría como efecto electoral la marginación de Bildu tanto en el Parlamento como en Ayuntamientos y Concejos y tendrá su escenificación en la ceremonia de elección del Alcalde de Pamplona.
Así, dicha Alcaldía permanecerá en manos del partido navarrista UPN al votarse a sí mismo la candidata del PSN, Elma Saiz e imposibilitar la construcción de una candidatura progresista de consenso entre las fuerzas de la oposición, con lo que el candidato de Bildu, Joseba Asirón quedará una vez más relegado a la oposición.
¿Repetición de Elecciones?
En esta coyuntura, EH Bildu podría revisar su estrategia e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, que se distingue por una “extraordinaria capacidad para encontrar las debilidades ajenas y utilizarlas en beneficio propio”. Así, Bildu podría replantearse su apoyo externo a Chivite y sopesar la conveniencia de forzar una repetición de Elecciones al Parlamento foral en otoño con el objetivo confeso de fagocitar votantes de Podemos y Geroa Bai y convertirse en la primera fuerza de la oposición.
Caso de procederse a la repetición de Elecciones, asistiríamos a la irrupción de EH Bildu como segunda fuerza de la Comunidad foral que aspirará a presidir el Gobierno de Navarra, no siendo descartable la reedición de la Teoría del Quesito sanziano entre Esparza y Chivite que tendrá como efecto colateral la división de la Cámara foral en dos bloques antagónicos e irreconciliables, tras ser dinamitados todos los puentes de unión entre ambos bandos.