Apostar por el talento
Los últimos 5 años de mi docencia tuve la suerte, la gran suerte, de conocer a un mundo de niños y jóvenes que eran apartados continuamente de lo que realmente anhelaban. Ellos no lo sabían, los padres a medias, los profesores a por uvas, pero continuamente se aburrían en las aulas normales. Eran capaces de suspender hasta el recreo con un potencial en sus venas fuera de lo común. Tras pasar por el equipo de Orientación, estudios universitarios y algún medio master oficial llegué a entender que ni el sistema educativo español los tenían en cuenta, ni los profesores estaban formados para tales labores y la AMPAS vivían en los sueños de Morfeo. Se trataba de los alumnos de Altas Capacidades. Con el síndrome de Down, hasta la fecha, España se ha volcado y ha habido una verdadera conjunción planetaria pero con estos pobres desgraciados, las Altas Capacidades, los que pueden “llegar a la luna”, los que se deben mimar, se sigue apostando a que no lleguen ni a la puerta de su casa.
Miren por donde, algunos de mi equipo presentamos estudios científicos del tema en Congresos Nacionales de Altas Capacidades y no quedamos nada mal y, al final, en 2016, nos llevamos el primer Premio Nacional del Ministerio de Educación sobre “Innovación Educativa” junto a la Fundación del Mundo del Superdotado en el Congreso Nacional de Superdotación y Altas Capacidades en Madrid. A fecha de hoy seguimos sin creerlo.
Alguno de nosotros seguimos repensando que el inicio de tal aventura fueron unas palabras del insigne maestro Javier Tourón, Catedrático Emérito de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación “Se acabó de ser “un oyente” de clases magistrales, lo de ir a clase a ver “qué me cuentan hoy”. A partir de ese momento entendíamos que ir a un centro educativo era ir a resolver problemas, plantear cuestiones como resultado de la reflexión personal y, en definitiva, ir a una escuela presidida por un enfoque claramente diferencial. Alejandro, director del Departamento de Orientación también hizo filigranas de las buenas y, aún más conmigo.
Sí tengo claro hoy que las escuelas, el mismo Ministerio, las Administraciones Regionales, viven de espaldas a las diferencias que existen en el talento de los alumnos. Si consultamos resultados de PISA u otros, observaremos que los porcentajes de alumnos en los niveles superiores de rendimiento en España son anormalmente bajos, es decir aquéllos que tienen alto rendimiento en todas las áreas evaluadas. Si echamos un vistazo a las cifras de alumnos de alta capacidad, identificados en España o qué pasa en los Centros Educativos cuando se medio deciden a identificar, nos daremos cuenta de que esta es la gran asignatura pendiente de nuestras escuelas, de nuestro sistema educativo.
Para cumplir la ley que dice que el sistema educativo velará por el óptimo desarrollo de todos los escolares y se ocupará de determinar las necesidades educativas de los mismos de forma temprana, todos los centros educativos deberían conocer cuál es el potencial para el aprendizaje de CADA uno de sus alumnos ¿Por qué no se hace? Es sencillo: porque la escuela no lo necesita, ya que se basa en el trabajo del profesor que lanza el mismo mensaje para todos. Es decir, el modelo reinante considera la escuela, los Institutos de Secundaria, como un ámbito de enseñanza, donde el receptor de los mensajes orales de los profesores es esa abstracción que llamamos “alumno medio”. Una escuela que, por centrarse en un alumno que no existe, acaba por no servir bien a nadie, ni a los que aprenden con rapidez ni a los que tienen dificultades (basta ver, en los estudios internacionales en los que participa España, el número de alumnos en los niveles inferiores de rendimiento).
Una escuela centrada en el alumno singular y no en aula sí necesitaría detectar el talento y el potencial, pues se considerarían las necesidades de cada alumno en cada momento. Es decir, se consideraría la escuela como lo que debe ser, un lugar de aprendizaje, donde el alumno sea el centro.
Cualquier partido político constitucional , hasta la fecha, en los últimos cuarenta años no ha apostado por ello ni en sueños. No lo creo tampoco en las próximas del 23 de Julio.