Europa y sus secuaces
No lo duden, de unos años a estos días somos muchos los europeos que hemos pasado de la euforia al más triste pesimismo cuando observamos las diversas tontunas que proceden de Bruselas. Todos deseábamos vislumbrar el sueño de una Europa revitalizada, próspera, atrayente, democrática y capaz de codearse con las grandes potencias, pero no ha sido así.
El virus ideológico, el paripé neoliberal y la puesta macarra en escena les consume sus fueros internos. La Europa venturosa plagada de jazmines y azucenas no solamente ha olvidado sus raíces, sino que también lo está realizando hacia su ciudadanía. Idioteces y nefastas políticas hacia los estados miembros no hay día que no se les ocurra alguna que otra cursilada a estilo “pijo con el lirio en la mano”.
Su escéptica falta de valores morales no estaba en condiciones de transmitir otros que no fueran los de índole económico y política, claramente porque nadie puede transmitir lo que no se tiene o en lo que no cree. Ante este desaguisado observamos horizontes donde se ciernen negros nubarrones de recesión, paro, pobreza y tontuna de la buena. Sabemos que estamos soportando una crisis de gran calado que rebasa las fronteras de la economía y de la política que afecta gravemente a la convivencia, a las relaciones familiares y sociales y por tanto a nuestra felicidad. La crisis cultural y espiritual que padece Europa es de alto riesgo.
Ante tal despropósito, los estudios sobre ciencias y humanidades no deberían caminar por sendas enfrentadas u hostiles. Las universidades, las que dejan huella en las personas y les acompañan a lo largo de su vida se encuentran sometidas a fuerzas contrarias que las amenazan de muerte con sus masificaciones, mediocridades y politización. Así, sería necesario volver a las élites de inteligencias formadas por mentes plecaras en búsqueda de la verdad.
Las graves amenazas contra la cultura y, por ello, contra el verdadero papel de la universidad como impulsora de la cultura, provienen de los nuevos secuaces y bárbaros que, a diferencia de los antiguos invasores de las fronteras del imperio, lanzan sus ataques desde los distintos departamentos de ésta. Con ello, los enemigos de la cultura y la ciencia sabemos que están dentro y que les hemos dejado pasar sin ningún tipo de trabas.
Los vemos, los oímos y leemos desde todos los altavoces disponibles: prensa, radio, televisión, redes sociales o conferencias en los más ilustres y prestigiosos lugares donde se denominan “culturales” y no son sino una bazofia de nefastas ideas procedentes de señores como Rousseau o Hobbes. Desde tales balcones ideológicos, arrasan con cualquier valor que les recuerde al pasado.
Por lo visto, el Siglo de Oro Español, tal cual, no posee valor alguno. Se trata de borrar la memoria histórica sustituida por una nueva lectura que se adapte a estos secuaces que son enemigos auténticos del saber, de los clásicos, del Humanismo Cristiano y aquello que no huela a su podredumbre barata.
Abolir los estudios de Homero, por ejemplo, es borrar las huellas y eliminar el sentimiento de culpa, el pecado cultural original. El mundo de la cancelación se ha introducido en nuestras universidades gracias a la falta de fortaleza de aquellos que estaban ahí en ese momento.
Ahora, a un año vista de las elecciones europeas, el 9 de junio de 2024, nos jugamos bastante. El mundo universitario, sus programas, los sistemas educativos y, en definitiva, educación y cultura, necesitan de personas que salgan de su aburguesamiento y den la cara para que todo esto no vaya al traste. Nos jugamos mucho, más de lo que pensamos.
No hay que ser muy espabilado para saber que en las pasadas elecciones ningún partido nacional del arco parlamentario daba la cara por ello y menos aún por la investigación y el mundo del talento que sale de España.
El Humanismo seguimos teniéndolo aquí, a nuestro lado, solo es cuestión de echarle un guiño que merezca la pena. La Eurocámara debe volver a escuchar lo que en su momento hizo de ella un verdadero astro que iluminaría nuestro continente.
*Secretario de “Valores” en Región de Murcia.