No hay derecha en España
La derecha en España murió en 1975; siendo medianamente honrados podríamos decir que murió con Blas Piñar unos años después.
A día de hoy contamos en España con un centro derecha con menos huevos que una docena de gallos, capitaneados por Núñez Feijóo, otro gallego tibio. Y es que parece que en Galicia, como en el resto de España, ya no nacen hombres con pelotas.
Del señor de Amurrio qué podemos decir. Tiene las provincias llenas de auténticos inútiles, de trepas y de oportunistas, de muertos de hambre que han visto en la política una forma de ganar dinero, trabajando poquito y para este que escribe, un servidor, eso es ser más de izquierdas que Dolores ibarruri, aquella a la que mi abuela definía como puta roja y ordinaria.
Ser de derechas es anteponer tú país a tu bienestar, es trabajar sin descanso por el bien común, desde el lugar en el que la vida te sitúe, es ser justo y equitativo, defender al débil aunque te cueste la vida, respetar a un anciano, a una mujer y a un niño, respetar la autoridad y la propiedad privada, sentir orgullo del trabajo bien hecho, ceder la silla en el autobús a una embarazada, no meter nunca la mano en cartera que no es tuya, pedirle a Dios que te ayude o que te demande si fuere preciso.
Que más vale honra sin barcos que barcos ain honra.
Antes de que se ocupasen las derechas y las izquierdas de dividir a la gente, todavía existían hombres que se vestían por los pies, que no mandaban a sus padres a morir en un asilo; las afrentas se pagaban con sangre y las mujeres estaban orgullosas de su feminidad.
Cada día resulta más evidente que España necesita una derecha identitaria real y sin medias tintas, sin complejos, sin drogas, sin vicios y sin sueldazos, que para chorizos de medio pelo ya tenemos el país lleno de partidos políticos.
Este país, que no es Francia, más que una revolución necesita un Fuenteovejuna, porque ni la derechita cobarde, ni la derechona vaga, van a terminar con la lacra de esta izquierda globalista, pedófila y feminazi, que vive de enfrentar a españoles y de expoliar el mejor país del mundo.