El trilero Abascal
Vox es disidencia controlada por la élite globalista, un caballo de Troya del sionismo y Santiago Abascal un caradura siempre pegado a la teta política. Entendemos que ante la gravedad del momento actual, muchos quieran ver en este partido otra cosa distinta de lo que es, pero que no se equivoquen. Apoyar a VOX es apoyar los intereses del NOM. Vox es el plan puesto en marcha en España por el globalismo para impedir la vertebración política de la disidencia identitaria. Por si fuera poco, de Abascal nadie conoce otra profesión ni oficio que vivir de la política. Estando en el PP ganó cientos de miles de euros provenientes de los fondos públicos. Esperanza Aguirre le creó un puesto ex profeso de 80.000 euros al año. Juró el cargo y no se le volvió a ver. No nos extraña que viva en un casoplón de un millón de euros y que conduzca un coche con un volante de madera de ébano.
VOX es un fraude, retórica vacía, una estafa piramidal. Los patriotas no debemos permitir que se usurpe la ideología que defendemos por puros cálculos económicos. Vox debe aclarar si representa los intereses del lobby sionista en España.
Vox nos toma por lerdos. Se presenta a las elecciones regionales pretendiendo gobernar las autonomías en las que dicen no creer. Ellos dicen que para acabar con ellas desde dentro. ¿Alguien se imagina a Vox obligando a sus diputados autonómicos a renunciar a sus prebendas? Antes echarían a Abascal. Esta gente es menos fiable que un trilero de feria.
Abascal decía que no llegaba holgadamente a fin de mes con los 3.500 euros que supuestamente cobra de obra de Vox. Otros españoles, en cambio, disponen de menos de 500 euros de ingresos para todo el mes. Patriota no es aquel que cobra por dedicarse a la política, como Abascal lleva haciendo desde siempre. Patriotas somos los que llevamos años dedicados a la acción política de forma gratuita. Y lo hacemos como un acto de lealtad y de permanente servicio a la patria. Ha quedado acreditado que la diferencia entre ellos y nosotros es que Abascal concibe la política como un medio de vida y no como un ejercicio de sacrificio en aras del interés nacional.