“Occidente impuso el conflicto a Rusia mientras Moscú buscaba resolverlo”
El conflicto de Ucrania “ya se nos había impuesto antes por Occidente, pero intentamos arreglarlo a la manera europea”, afirma el embajador ruso Alexandr Kramarenko. En sus palabras, esta crisis fue diseñada para “lidiar con Moscú” mediante una guerra relámpago para centrarse en China y evitar una guerra “en 2 frentes”.
“Lo sorprendente es que los críticos del Kremlin en nuestra comunidad académica entienden perfectamente que, puesto que la guerra nos fue impuesta, hay que ganarla, como hemos hecho tantas veces en la historia (…) El conflicto ya nos lo habían impuesto antes, pero nos tomamos la molestia de intentar resolverlo de forma europea”, declara Alexandr Kramarenko.
Agregó que no es Rusia la que libró una guerra económica total contra Occidente.
“No estamos librando una guerra económica total contra Occidente, sino [el propio Occidente la libró] contra nosotros. Al contrario, ya hemos ofrecido negociaciones a los estadounidenses, y ahora estamos dispuestos a negociar un acuerdo ucraniano, solo que Kiev las rechaza, adoptando una posición extremista con sus exigencias, lo que es una burla de la diplomacia como tal”, añade.
Subraya que el conflicto ucraniano en la estrategia estadounidense “fue diseñada para lidiar con Rusia mediante una guerra relámpago” con el fin de centrarse en China y evitar así una “guerra en dos frentes, que EEUU, como era obvio para ellos antes del 24 de febrero de 2022 y aún más obvio ahora, es incapaz de librar”.
En este contexto, el diplomático menciona la cuestión de la amenaza de una escalada nuclear. En mayo de 2023, continúa Kramarenko, antes de la Cumbre del G7 en la ciudad de Hiroshima, la Red de Liderazgo Europeo (ELN) inició un llamamiento de políticos retirados y expertos de varios países a las potencias nucleares, pero sobre todo a EEUU y Rusia, para reanudar el proceso de control de armas estratégicas y evitar que se desvanezca en caso de que expire en febrero de 2026 el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas de 2010 (START-3).
“No fue Moscú quien se propuso desmantelar todo el sistema de control de armamentos. Todo empezó con la retirada unilateral de Washington en 2002 del Tratado sobre Misiles Antibalísticos de 1972, que rompía el vínculo entre las armas estratégicas, ofensivas y defensivas”, recuerda.
Destaca que la Administración Trump, “también hizo su parte al retirarse del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio [Tratado INF] de 1987”. En este contexto, Kramarenko advierte que, a juzgar por la opinión de los expertos estadounidenses, la parte norteamericana se acercó a lo que se parece mucho a un “posible primer ataque de desarme”.
“Rusia tuvo que tomar medidas unilaterales para mantener el equilibrio de poder que garantiza el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Estas medidas fueron anunciadas abiertamente por el presidente del país, Vladímir Putin, en su discurso ante la Asamblea Federal, el 1 de marzo de 2018”, asevera el embajador.
Asimismo, recuerda tanto las armas químicas como la red de biolaboratorios estadounidenses en todo el mundo y calcula que también seis países de la OTAN tienen armas nucleares estadounidenses en sus territorios.
“Rusia solo en el contexto de la operación militar especial tuvo que hacer lo mismo y desplegar sus armas nucleares en el territorio de Bielorrusia, con la que se encuentra en el Estado de la Unión”, declara.
En cuanto a la doctrina nuclear rusa, indica que “está mucho más claramente articulada que la estadounidense”.
“Washington juega con la ambigüedad en este tema y al mismo tiempo quiere controlar férreamente a los demás mediante contactos regulares porque se desorienta cuando siente que está perdiendo influencia sobre un socio”, sostiene.
El funcionario advierte que la gravedad del enfrentamiento de Rusia y Occidente no hará, sino aumentar, “los estadounidenses no ocultan especialmente la desesperación de su situación y subirán la apuesta”.
En este contexto, la operación militar especial que el mandatario ruso lanzó el 24 de febrero de 2022, está cumpliendo “una misión transformadora para el país, contribuyendo a lo que se ha estado gestando durante mucho tiempo: la autodeterminación cultural y civilizatoria de Rusia”.
“Si hay algo que criticarnos es que lo retrasamos por nuestra ingenuidad, por confiar en la buena voluntad de Occidente y por tener dificultades para renunciar a la ilusión de que podíamos ser como ellos y nos aceptarían como suyos”, concluye el embajador.