No salimos del “y tu más”
Con razón la derecha se tiene que tragar por enésima vez la remachada contestación.
Cuando José María Aznar se tuvo que enfrentar a las peticiones del Molt Honorable Senyor Jordi Pujol, éste anduvo esplendido; se dio la vuelta a los bolsillos y entregó lo más grande. Solo nombro algunas de las cosillas en las que cedió para que lo envistiese a él, y no a González
– ¡que bien jugo sus cartas el hábil honorable!
Se llevó bajo el brazo un escrito de 18 páginas, de las que 16 estaban en catalán, en las que se cedían cosillas como, el control de Los Mossos, la educación y la lengua, competencia de Sanidad para su presunto país, el control de puertos y cárceles . . . . . lo dejo aquí para no alargar demasiado. Todo esto, justo después de que los militantes peperos delante de la sede de Génova, disfrutaran una barbaridad gritando “PUJOL ENANO, HABLA CASTELLANO”.
Los elementos que se curraron el Pacto Mejestic y ahora no lo recuerdan. Macía Alavedra, Durán y Lleida, Joaquín Molins, Josep Sánvhez Libre y un joven Rajoy. Este escrito llevó el nombre del hotel donde se acordó, “Pactos del Majestic”, donde no empezó todo, ni mucho menos, ya González, que tanto cacarea ahora, cedió todo lo que le pidieron cuando le tocó a él.
Pues con el “ Y TU MAS” y el TODOS SON IGUALES, no vamos a ningún sitio, ocurre lo que estamos viviendo en estos momentos, que todo tiene un límite, y un mal final.
No es de recibo lo que nos estamos tragando todos, porque nadie con dos luces, por muy socialista que se crea, puede estar tranquilo con el circo que se está montando. La derecha clama al cielo, mientras la izquierda con muy pocos argumentos se defiende torpemente, incluso avergonzada; y de ahí, que a la contestación del «Y TU MAS», hay que contestar con dos bemoles:
“PUES, LO HIZO IGUAL DE MAL”
Así hay que tratar este sin sentido, no salir del paso con las actitudes y frases hechas tan cansinas a estas alturas; hay que asumir los errores del pasado sean de quién sean, asumir cada uno los suyos, y encontrar esa gestión diferenciadora que ofrezca algo de luz sobre el futuro, hoy por hoy, muy negro.
¡Pero claro! esto sería posible si estuviésemos en manos de políticos serios; no en manos de caraduras y mamanabos.