España despierta en defensa de la democracia
Francisco Rubiales.- Por fin, después de décadas de somnolencia y de pasividad, los españoles parece que despiertan dispuestos a defender la libertad y la democracia frente a una clase política corrupta e inepta y, sobre todo, frente a un sanchismo pervertido que está destruyendo el país con impunidad.
Millones de españoles están en alerta y se han lanzado a la protesta seria convencidos de que un nuevo gobierno de Sánchez, aliado con comunistas, golpistas y amigos del terrorismo que exigen dinero, amnistía, independencia y privilegios, pone en peligro el futuro de la nación.
Sánchez pone en peligro la democracia, la libertad y la paz porque en lugar de resistirse a las exigencia anticonstitucionales de sus socios catalanes y vascos, parece dispuesto a apoderarse en los próximos años de todos los poderes y recursos del Estado, como ha hecho ya con la Fiscalía, el Constitucional y muchos medios de comunicación.
Los españoles que se están rebelando contra el oscuro y miserable futuro que pretende el sanchismo saben que la solución tiene que venir ahora pronto o ya no habrá solución.
El riesgo real de dictadura comunista existe, siguiendo los pasos de Venezuela.
Ya hemos comprobado que el ansia de poder de Sánchez es casi infinito y que llegará a cualquier puerto, pase lo que pase y caiga quien caiga. Él es así, hecho de la misma madera que los grandes tiranos de la Historia.
Por mucho menos de lo que Sánchez ha hecho hasta ahora, acaba de dimitir el primer ministro de Portugal, también socialista, pero mil veces más decente y humano que el corrompido socialismo español.
Cuando decimos que Sánchez es capaz de todo lo decimos en serio. Por lo que hemos visto en los años recientes, es lícito pensar que para conservar el poder es capaz de destrozar la independencia judicial y controlar los grandes tribunales, como ya controla el Constitucional y la Fiscalía del Estado. Es capaz también de infiltrar las Fuerzas Armadas y de promocionar a los suyos, colocándolos en los puestos con mayor fuerza operativa y potencia de fuego. De utilizar en provecho propio a las fuerzas policiales y de destruir a la Guardia Civil, si no puede controlarla. Si el Rey le estorba lo mandará al exilio y montará una República de opereta, controlada por él o por una de sus marionetas. Perseguirá y aplastará lo que queda de periodismo libre y crítico y pronto empezará a acosar a los partidos de oposición, intentando domesticarlos y debilitarlos. Por último, comprará voluntades a mansalva y el que no se deje comprar morirá civilmente y será relegado al olvido. Sin el menor rubor, usará a la policía para gasear a los disidentes y, si es necesario, apalear y romper huesos. Quizás hasta se atreva a alterar los resultados electorales para conservar el poder, cuando sea derrotado en las urnas.
Los españoles decentes y demócratas, incluyendo muchos socialistas, han llegado a la conclusión de que con Sánchez en el gobierno, España está en peligro, al igual que los derechos y libertades de los españoles. Ya no caben las sorpresas porque hemos tenido más de cuatro años para comprobar que Sánchez es ambicioso, sin escrúpulos e incontrolable.
Ya se ha apoderado de muchos recursos y servicios vitales, del Tribunal Constitucional, de la Fiscalía del Estado, de no pocos tribunales, de Correos, de Indra, de la radio y televisión pública y de los principales medios de comunicación y en la próxima legislatura se apoderará de todo lo que le falta para controlar todo el país, incluyendo lo que le queda por doblegar de una Justicia que, bajo el sanchismo, dejará de ser independiente y se convertirá en lo que hoy son el Constitucional y la Fiscalía: juguetes al servicio del poder ejecutivo.
En el punto de mira están resto de los recursos del Estado, incluyendo lo que queda de lealtad en las Fuerzas Armadas, de la voluntad del monarca, de la sociedad civil y de las grandes empresas que no huyan de España.
Por fortuna, para impedir todo eso asesinato de la dignidad y la decencia de España, parece que la chispa de la rebelión ha prendido.
Desde el viernes estamos viendo cómo los españoles han salido a la calle a protestar en las sedes del PSOE contra la ley de amnistía con la que Pedro Sánchez quiere vender España a Puigdemont y al golpismo catalán, todo para él seguir siendo presidente.
Pero no solo la calle está hablando. La resistencia prende en muchos espacios, incluyendo su propio partido. En la reciente consulta del PSOE a sus militantes sobre el acuerdo entre PSOE y Sumar, el 12% de la militancia ha respondido que no a ese acuerdo. Y el sí ha tenido cinco puntos menos que la consulta con Podemos de 2019.
Las encuestas reflejan ya una importante resistencia interna a la ambición desatada de Sánchez. El 40% de los votantes del PSOE rechaza la amnistía y un porcentaje mayor niega la independencia de los catalanes.
Pero a Sánchez la oposición le da igual. Lo que no le da igual es que las masas se alcen y ocupen las calles contra su gobierno. Como todos los tiranos, él tiene miedo al pueblo que empobrece y maltrata.
Habéis visto las manifestaciones en directo? Practicamente todas las noches a partir de las 10 la policía se dedica a reventar y disolver la manifestación; disparando sin descanso pistolas de goma (eso puede dejar tuerto o ciego a cualquier persona) , dando palos a diestro y siniestro a cualquier persona que insulte o simplemente que lleve una bandera de España.
Nunca se había visto tanta represión por parte de los cerdos policías comunistas, para impedir que la gente se manifieste. A este paso pronto empezarán a disparar a matar (por orden de Sánchez)
Estoy siguiendo las noticias de las protestas con una gran ilusión y, a la vez, con un inmenso temor. Ilusión por lo que significa de renacer del sentimiento español más genuino y temor porque no se termine torciendo otra vez este movimiento por la manipulación de personajes oscuros. Espero estar acertado con lo primero y errado con lo segundo.
Que lo van a intentar es evidente, porque, por si hiciera falta,,ya se ha vuelto a ver una vez más. y con meridiana claridad últmamente.