Málaga, está mañana

Estanislao de Kostka.- Está todo dicho y por todos: jueces, fiscales, abogados, policías, empresarios, letrados de la seguridad social, inspectores de hacienda, periodistas, ciudadanos indignados, etc. Esta vez ya nadie se caya y ello es debido a la gravedad de la situación, que se ha creado para mantenerse en el poder.

España ha salido a la calle, y la mayoría de los que no han salido están de acuerdo en decir no a la amnistía. Sólo los asalariados del PSOE defienden lo que su secretario general está haciendo y sólo lo apoyan los que quieren desmontar España, tornillo a tornillo.

Y así las cosas un extremeño, un murciano o un riojano, pagarán más impuestos que los vascos y los catalanes; pero tendrán servicios sanitarios y sociales de peor calidad, con presupuestos más reducidos; porque se ha roto la igualdad, porque toca que una parte de los españoles les pague su “fiesta”, su privilegios, su corrupción y su fanática ideología. Cada gallego, por ejemplo, pagará 400 euros para compensar a los catalanes la condonación de sus 15.000 millones, y así todo lo demás.

Y se dividirá a los españoles entre los que tienen privilegios fiscales y aquellos otros que nos los tienen. Y se premia al que ha sido más desleal, y se castiga al que cumple con la norma y con la Constitución. Por el solo interés personal. Por pura codicia personal. Nada de lo que hace lo hace por España, sino por interés personal, aunque ello signifique la ruptura y la división de la histórica nación y de sus gentes.

El control absoluto de las instituciones y la ruptura de la división de poderes nos ha llevado a una dictablanda. No vivimos en democracia. Los españoles no han votado lo que se pretende hacer. No decide la mayoría, sino una minoría que representa el 6% de los votos emitidos. Es la dictadura del nacionalismo y el independentismo. Y el PSOE lo consiente y no se enfrenta a su líder, por unas migajas, por un puesto, y con la mayor de las indecencias políticas. ¡Dónde habrá quedado la ideología! Quizás habrá muerto ya hace mucho, con la caída del comunismo, y ahora es sólo poder por poder, sin decencia, sin valores y contra el interés general. El Presidente Sánchez ha traicionado su juramento y debe dimitir. La traición no puede quedar impune.

Y el extremeño y el riojano y el murciano yo no serán iguales ante la ley. Hay del entorno de 4.000 catalanes que han cometido delitos contra España y a ellos no se les aplica la Justicia. No somos iguales.

Y por todo ello y por todo lo ya dicho, en los ríos de tinta que afortunadamente se han levantado contra la prevaricación presidencial, actuar mal a sabiendas, se debe convocar ya una huelga general en toda España. En defensa de la igualdad, la democracia, la libertad, la dignidad y la Constitución.

*Abogado jefe de AD y politólogo