Es hora de aceptar la verdad, patriotas de pulsera
¿Malas caras? Ninguna.
¿Malas palabras? Ninguna.
¿Alguna advertencia? Ni una sola.
¿El Rey podía hacer algo? Sí.
¿Ha querido? No.
Ya está bien de excusas, la monarquía española, desde la misma instauración de la Casa de Borbon solamente ha servido para dividir a los españoles y para destruir nuestra patria y su futuro.
¿Qué pruebas queréis más? Sois la viva imagen de que no solamente los perroflautas viven de ilusiones y utopías. Ya está bien de pensar en el pacifismo, porque habéis sido traicionados por todos aquellos en los que creíais, que son quienes han roto vuestros sueños y esperanzas. España está vendida y sólo un cambio real, hasta la misma raíz del sistema, solamente eso podrá salvar a nuestro país, seamos catalanes, castellanos, vascos, gallegos, aragoneses o leoneses.
¿Qué dirán ahora los defensores del Rey a ultranza? ¿Lo defenderán de algún modo? ¿VOX saldrá diciendo que no tenía otra opción?
¿Cuántos héroes españoles se quedaron de brazos cruzados ante la injustícia sufrida por su pueblo? Ninguno. Y no hablamos de la amnistia, que es el menor de los pecados de este gobierno (y de todos los anteriores). Hablamos de la corrupción, de la pobreza, de la represión, de la deslealtad, de la traición a nuestra identidad… Y todo ello tiene un nombre, TRAICIÓN, que como bien relataba Dante, la traición es el peor de los pecados cometidos por un hombre y por ello no tiene otro premio que el desprecio, el ostracismo y el lugar más profundo en el infierno.
Nuestro pueblo debería levantar el Aspa o una bandera revolucionaria, dejando de una vez esa bandera que sólo ha representado la desgracia en nuestro destino. Nuevos símbolos, nuevas ideas, nuevos horizontes…
La revolución siempre es comunista. Hebrea y comunista, vaya. Lo que usted propone es en realidad lo que la gente de bien llama “contrarrevolución”.
Hace falta unidad del patriotismo español para hacer frente a todos los enemigos de la madre patria España. Debe ser más lo que una a las distintas facciones patrióticas que lo que las separa.