Milei, China y Estados Unidos
La nueva estrella del firmamento neoliberal argentino, Javier Milei se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana y habría conseguido suplir su bisoñez en la gestión pública así como el desconocimiento de su programa electoral con el impacto mediático de sus intervenciones públicas. Así, se habría convertido en una “rara avis” que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional al tiempo que adolecería de serios tics autocráticos.
Milei y el populismo
El ideario de Milei tendría la paternidad del anterior asesor de Trump, Steve Bannon que consiste en “crear un mundo virtual y paralelo aderezado de mentiras y medias verdades que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racionales”.
Asimismo, Bannon le transmitió los puntos esenciales del ideario populista: mensajes cortos y xenófobos en las redes sociales, culto al líder y utilización de las fake news para sumir a la población en la duda existencial. Así, el pensamiento de Milei no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción e incluiría los puntos esenciales del ideario populista: maniqueísmo (Comunismo o libertad), culto al líder y finiquito de lo “políticamente correcto”
Asimismo, sus controvertidas decisiones y manifestaciones nos permiten aventurar que nos encontramos ante un caso típico de paranoia megalómana, “entendido como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (Salvar a Argentina de las garras comunistas y lograr la recuperación económica).
La estrategia electoral de Milei se basó en la técnica de la manipulación de las masas expuesta por Edward L. Bernays en su libro “Cristalizando la opinión pública”, en el que desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento.
Así, según L. Bernays, “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”, por lo que la propaganda de Milei estuvo dirigida “no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta”.
Milei y el neoliberalismo económico
La economía argentina estaría asfixiada por el estratosférico monto de su Deuda, estimada en cerca de 406.000 millones de dólares en julio del 2023.
En consecuencia, Macri acepto en 2018 los postulados del FMI para asegurarse un préstamo económico estimado en cerca de 57.000 millones de dólares, quedando de paso Argentina como rehén del FMI.
Dicho monto resultaba inasumible para el Banco Central de Argentina que dispondría de unas limitadas reservas líquidas de dólares, por lo que Argentina y el FMI habrían iniciado negociaciones para reestructurar el monto total de la deuda , no siendo descartable una quita de la Deuda argentina por el FMI con la contrapartida de severos recortes del gasto público por el Gobierno Milei.
Así, siguiendo los dictados de Macri y del establishment económico argentino, Milei implementará las tradicionales recetas neoliberales de supresión o drástica reducción de impuestos para atraer a incontables empresa nacionales y extranjeras así como un drástico recorte de gastos del Estado en becas, desempleo, jubilación y comedores sociales.
Igualmente, procederá a privatizar la educación y la sanidad en aras de la sacrosanta libertad de elección, condenando de paso a los centros educativos públicos a convertirse en guetos obsoletos y a la sanidad pública al hacinamiento y a la saturacion. Las recetas neoliberales en el plano económico tendrán como efectos colaterales el incremento desmesurado del desempleo y del trabajo precario, la progresiva pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, la supresión del derecho a la huelga y el incremento galopante de la economía sumergida y de los índices de pobreza de una población obligada a vivir hacinada en inmundas viviendas e improvisadas favelas. Finalmente, asistiremos a un brutal cruzada contra los logros sociales de la sociedad argentina, que incluirían la ilegalización del aborto y del matrimonio igualitario.
Sin embargo, según el Banco Central Argentino, la inflación en Argentina seguirá desbocada en el 2023 (superior al 130%) lo que provocará la pérdida de competitividad de los productos argentinos con la consiguiente constricción en las exportaciones e incremento del déficit comercial que desembocará en una tasa de paro desoladora del 13% prevista para el 2024.Una inflación descontrolada conlleva la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas, la contracción del consumo interno y la desincentivación del ahorro y búsqueda de rentas fuera de las actividades productivas que podría desembocar en una desertización productiva que fuera incapaz de satisfacer la demanda de productos básicos.
Igualmente, la economía argentina estará más expuesta a una posible apreciación del dólar y la reversión de los flujos de capital asociados, lo que podría reeditar la “Década perdida de América Latina” (década de los 80).Ello conllevará un notable incremento de la inestabilidad social que tendrá a los sindicatos Confederación General del Trabajo (CGT) y Central de los Trabajadores de la Argentina de los Trabajadores (CTA-T), como puntas de lanza de la lucha callejera, al aumento de las tasas de pobreza (cerca del 40 % de los argentinos rozaría el umbral de la pobreza), y un severo retroceso de las libertades democráticas.
Entrada de Argentina en la órbita de EEUU
Dada la miopía política del FMI al no aplicar una quita a la deuda argentina heredada de la etapa neoliberal de Macri, el presidente Fernández inició un acercamiento a Rusia y China para estimular las transacciones comerciales mutuas, así como atraer inversiones que se antojan imprescindibles para reflotar la maltrecha economía argentina.
Así, Fernández en su visita a Putin le ofreció la posibilidad de ser “la puerta de entrada a América Latina” y en su encuentro con Xi Jinping, confirmó la adhesión argentina al Proyecto de la Franja y Ruta de la Seda que podría significar para Argentina la escalofriante suma de 24.000 millones de dólares en inversiones y el dejar de pivotar en la órbita de Estados Unidos.
Ello encendió las alarmas en la administración Biden quien manifestó su sería preocupación por la creciente presencia de China y Rusia en el país y en especial por la posibilidad de que China instalara una base militar conjunta con Argentina en Ushuaia a cambio de respaldo financiero chino para instalar un gigantesco centro logístico en la provincia de Tierra del Fuego.
En consecuencia, tras el triunfo de Milei, asistiremos al alejamiento de Argentina de los países Brics tras la entrada de Argentina en la Alianza del Pacífico y el veto a las inversiones chinas así como a la instalación de una base conjunta EEUU-Argentina en Ushuaia para controlar el tráfico de mega contenedores por el paso de Drake, lo que aunado con la futura instalación de una base seudocientífica de Gran Bretaña las islas Shetland del Sur, asegurará el control marítimo por el eje anglo-estadounidense de dicha ruta que será la alternativa al Canal de Panamá.