Carta abierta contra el antifranquista Eduardo Inda
Estimado señor Inda: si mis cálculos no me fallan —aunque después de tantos artículos tendría excusa para ello—, esta es la cuarta vez que le escribo una carta abierta, género epistolar que no he practicado absolutamente con nadie en los nueve años que llevo escribiendo artículos, sino con usted.
Hubo un tiempo en el que le profesé algo parecido a la admiración por aquello de que es usted madridista, y porque daba caña sin misericordia a los podemitas, tema favorito de mis artículos. Por ese motivo, me aficioné a OK diario, hasta que descubrí su vena antifranquista, motivo por el cual deserté de inmediato de seguir leyéndolo.
Como no podía ser menos, el motivo de esta nueva carta es el mismo que tenían las anteriores: denunciar el repugnante odio Franco que padece usted, que últimamente se prodiga mucho ante la situación dictatorial que padece España, poniendo al Caudillo como modelo con el cual comparar y contrastar las fechorías despóticas de Pedro Sánchez.
No respondió usted a ninguna de mis cartas anteriores, y tampoco espero que lo haga esta vez. Desde luego, es muy posible que desconozca mi existencia, y hasta la misma existencia de esta catilinaria contra usted, lo cual me ha llevado a pensar que no me responde porque no me duraría ni un asalto en un combate sobre la historia reciente de España: Y LO SABE. A esto hay que añadirle que usted solo vivió bajo el franquismo sus primeros ocho años de vida, lo cual quiere decir que le falta el conocimiento que da la vivencia directa. Por mi parte, yo tuve la suerte de vivir 23 años en la España de Franco, y solo por este hecho puedo opinar con mayor conocimiento de causa que usted, que parece mentira que sea navarro, patria de mis admirados requetés.
En un artículo de unos pocos días atrás viene usted a decir que Pedro Sánchez se está convirtiendo en otro Franco, cuando es un clamor mundial que la referencia más exacta del sanchismo hay que buscarla en las cochambres ominosas bolivarianas: por algo se le llama “Pedro Chávez”.
Me resulta repugnante que en un diario donde se hace profesión de estar contra los separatistas, los comunistas, los terroristas, y toda esa ralea izquierdosa que quiere destruir España, se insulte y menosprecie a Franco, cuya dictadura consistía fundamentalmente en perseguir a esa calaña de antipatriotas, de matacuras y quemaconventos, de masones confesos, es decir, la misma gente a la que usted combate.
Si los enemigos de OK diario son los mismos que Franco combatió, y controló, ¿por qué, cuando se quiere acusar Sánchez de sátrapa y otras lindezas parecidas se le ocurre compararlo con Franco? O sea, que su liberalismo le lleva a compartir con los milicianos de hoz y Martini su odio al franquismo, mira por dónde.
Si usted quiere denunciar tiranías y delirios totalitarios, le recomiendo que emplee como modelos sanchistas a personajes como Lenin, Stalin, Largo Caballero, Santiago Carrillo, La Pasionaria, el Che Guevara, Mao Tsé-Tung, Fidel Castro, Chávez, Maduro, Daniel Ortega, y etcétera, etcétera, etcétera… Como se ve, tiranos hay para dar y tomar.
El colmo de su grotesco antifranquismo lo vi hace pocos días, cuando llegó a decir que el matonismo de la policía con los patriotas de Ferraz era igualito que el de “los grises”, es decir, de la policía que actuaba “con saña” contra el pueblo español durante el franquismo.
Vamos a ver, Sr. Inda: ¿es lo mismo aporrear a ancianos, a adolescentes y a mujeres solo por el hecho de llevar una bandera española que perseguir a maleantes totalitarios rojos —porque el rojerío siempre es totalitario, ¿lo sabía?— que querían desguazar España, y cuyo horizonte programático es instaurar dictaduras marxistas? A usted, como liberal, ¿le pone el totalitarismo bolchevique? ¿Es lo mismo gasear, detener y multar a manifestantes pacíficos que rezan el Rosario que enfrentarse a manifestantes herederos de los milicianos rojos de antaño? En la España de Franco haba pocos demócratas, y toda la oposición al Caudillo provenía de las bancadas marxistas: ¿tampoco sabe esto?
Es patético y grotesco que personas que no tienen ni idea de la historia —como usted— se limiten a escribir las consabidas muletillas contra el franquismo, porque es usted un completo ignorante de la Historia de España, ignorancia que le lleva a usted a servirse de topicazos, de estereotipos, de ideas precocinadas por el pensamiento «progre» que usted dice detestar, de lugares comunes que suelen ser cubículos perfectos para los Himalayas de mentiras con que se ha adoctrinado a los españoles ―incluido usted―.
Resulta sumamente penoso y desconcertante que un reputado periodista de investigación como usted no haya indagado aún en la verdadera historia de España ―no «este país» como dice usted―, tragándose sin titubear las piedras de molino del marxismo cultural. Pero a lo mejor esto escapa a sus reducidos conocimientos históricos o, en caso de tenerlos, no pueden pasar el filtro de su antifranquismo visceral.
Si para usted el régimen de Franco fue una «repugnante» dictadura, dígame usted entonces qué adjetivo usaría entonces para calificar la dictadura bolchevique que padeció España raíz del golpe de Estado que encumbró al Frente Popular, un régimen liberticida que cercenó las libertades que a usted ―como liberal que se proclama― tanto le ponen.
“Una dictadura repugnante”, dice usted que fue el régimen franquista.:¿repugnante? Mire usted: a mí lo que me da verdadera repugnancia, inmenso horror, asco sideral, aborrecimiento indecible, es el terror rojo de la Segunda República, que degeneró en una dictadura del proletariado causante de un caos absoluto, innumerables violencias, asaltos, ruina económica, ocupaciones de fincas y tierras, persecución a los grupos de derecha, limitación de las libertades ciudadanas y un holocausto católico como nunca se ha visto. Me resulta repugnante que un liberal visceral como usted pretende ser diga que le dé repugnancia un general que derrotó a una dictadura liberticida y masacradora, destructora de las libertades que usted tanto pretende defender y amar.
Para terminar, yo suelo asociar el liberalismo con el jacobinismo masónico que lo engendró, pues la cofradía del mandil incubó tanto el liberalismo como el comunismo. Puedo estar equivocado, pero su odio obsesivo a Franco me resulta francamente —nunca mejor dicho— sospechoso, pues el mismo que le profesa la cofradía de los “hijos de la viuda”. Así que sea franco, estudie la historia de España, abra los ojos al mundo y encontrará muchos modelos con los que comparar a Pedro Sánchez.