“Autoengañarse y defenderse” es todo lo que le queda a Kiev mientras se agotan las armas de la OTAN
Con su suministro de armas occidentales menguando y pocas señales de cambio por parte de las potencias de la OTAN, Ucrania será incapaz de lanzar otra contraofensiva como la del verano pasado, dijo un analista a Sputnik.
La directora de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, dijo a los legisladores federales este lunes 4 de diciembre que Estados Unidos está “sin dinero para apoyar a Ucrania en esta lucha”.
“No existe un fondo mágico disponible para afrontar este momento. Nos hemos quedado sin dinero y casi no hay mas tiempo”, explicó. “Sin una acción del Congreso, para fin de año nos quedaremos sin recursos para adquirir más armas y equipos para Ucrania y para proporcionar equipos de las reservas militares estadounidenses”.
Según las estadísticas del Pentágono, el país ha enviado a Ucrania unos 44.000 millones de dólares en ayuda militar desde febrero de 2022, así como 76.000 millones de dólares en otros tipos de apoyo, incluida la financiación presupuestaria y la ayuda humanitaria.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha pedido que se aprueben miles de millones más, pero la mayoría republicana en la Cámara, ahora encabezada por el republicano Mike Johnson, se ha mantenido firme en su posición de no seguir enviando fondos a Kiev hasta que haya algún tipo de supervisión sobre su dispendio.
La noticia también llega cuando el Pentágono no aprobó su auditoría por sexto año consecutivo.
El analista de seguridad en relaciones internacionales Mark Sleboda, radicado en Moscú, dijo a Sputnik que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tenía razón en cierto modo: su país está efectivamente entrando en una nueva fase del conflicto, defensiva, ya que solo le resta esperar y esperar que algo suceda y que cambie su posición desfavorable.
“Apenas la semana pasada, el Pentágono anunció nuevos despliegues en Medio Oriente, enviando fuerzas de defensa aérea y campos de batalla de portaaviones para apoyar a Israel en su conflicto con Palestina, y al mismo tiempo le dice a Kiev ya que ya no tiene dinero para ellos”, ironiza el analista.
La falta de apoyo de EEUU, asegura, definitivamente está teniendo un efecto en el campo de batalla en Ucrania.
“Ya había una tendencia contraria a Kiev, debido a la incapacidad de Estados Unidos y colectivamente de la OTAN —Organización del Tratado del Atlántico Norte— de aumentar su propia producción industrial para proporcionar a Zelenski suficientes elementos, como proyectiles de artillería, misiles de defensa aérea y muchas otras cosas que necesitaba. Y ahora, a eso se suma el hecho de que Kiev está compitiendo con Israel por muchas de las mismas cosas que han estado en la lista de demandas”, afirmó.
En su opinión, Zelenski no debe estar contento de ser relegado a un segundo plano, compitiendo por la atención, los suministros y la financiación de Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros factores.
“Los ucranianos están sufriendo una enorme hambre de proyectiles. Vi un video publicado por soldados en una posición en el este de Ucrania, su asignación de proyectiles para el día había llegado, venía en un camión: eran dos proyectiles de artillería”, dijo.
Durante el pasado fin de semana, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que la alianza “también debería estar preparada para las malas noticias” de Ucrania, señalando que las guerras “se desarrollan en fases” y que Occidente debería seguir apoyando a Kiev “tanto en los buenos como en los malos tiempos”.
“Esta es una admisión sorprendente”, dijo Sleboda sobre las palabras de Stoltenberg. “Es como si los principales medios de comunicación occidentales, en muchos sentidos, hubieran cambiado de opinión. Hace apenas un par de meses nos dijeron que Ucrania estaba ganando y que su victoria en la gloriosa contraofensiva estaba a la vuelta de la esquina y que las fuerzas rusas están a punto de romperse”.
“Ahora, The Economist, una de las revistas de noticias más virulentamente rusófobas que existe en el mundo, preguntó en la última portada: ‘¿Está ganando Putin?'”, contrastó.
“Para Zelenski, este es realmente un caso de ‘el emperador está desnudo'”, dijo Sleboda, señalando que otras figuras también se habían vuelto contra él, incluido el periodista antirruso Simon Shuster, quien citó a funcionarios ucranianos que tildan al mandatario europeo de “delirante”, que no quiere escuchar a nadie que advierta que Ucrania está perdiendo.
El analista citó además las presuntas declaraciones del alcalde de Kiev, Vitali Klichko, quien, según reportó la prensa, habría calificado al líder ucraniano de “autoritario”.
“Además, Zelenski, su propio comandante en jefe, [Valeri] Zaluzhni, no se hablan desde hace meses”, dijo. “Zelenski está dando órdenes directamente a sus propios generales, ignorando a Zaluzhni. Un comediante tomando a cargo de las decisiones militares… eso nunca puede salir bien”.
“Supongo que la propaganda occidental ya no puede ocultar lo obvio, entonces incluso Jens Stoltenberg tiene que salir públicamente admitir ciertas cosas”, añadió Sleboda, quien vaticinó un futuro sombrío para Kiev.
“Los días de ofensiva de Zelenski han terminado, no hay ningún gran paquete ofensivo nuevo de Occidente a la vista, ni siquiera hay suficiente ayuda de mantenimiento para continuar con los suministros básicos de cualquier cosa. Así que el próximo año se centrará sólidamente en una defensa desesperada, la construcción de líneas para repeler ataques y un reclutamiento masivo y forzoso, que posiblemente podría incluir a personas de entre 17 y 70 años”, figuró.
“Y posiblemente a mujeres reclutadas en roles de combate más adelante. Y, evidentemente, luego van a privatizar la defensa, van a recurrir a empresas privadas occidentales que agarren a los ucranianos de sus casas y los lleven a las trincheras”, vaticinó.
“El plan es simple: defenderse, tratar desesperadamente de reclutar en masa a más personas y esperar que algo cambie”, dijo Sleboda. “Autoengañarse y defenderse”, concluyó el analista, añadiendo que el mayor peligro para el Gobierno ucraniano actualmente serían un motín o una crisis política.