Mandan dos cadáveres mal enterrados.
Seguro que habéis pasado vergüenza ajena con la sesión de los primeros «partos-decretos» de este mal llamado circo; un circo da felicidad y risas y este congreso da asco y pena.
Si, pena de ver hasta donde puede llevarnos la obsesión de un individuo por ser el macho alfa. Ridículo macho alfa, ya que está palmario que se esta exhibiendo como el «mamanabo» de un cadáver mal enterrado, como es el SUPREMACISTA Puigdemont.
No utilizo los adjetivos al azar, si pedimos al amigo Google que nos explique que significado le da a la palabra, nos contesta de inmediato lo siguiente:
«Ideologia que defiende la preeminencia de un sector social sobre el resto, generalmente por razones de raza, sexo, origen o nacionalidad»
Pues lo ha bordado el Sr. Google.
Puigdemond, el que gobierna la España a la que odia, es un supremacista full equip; porque hay que sumarle la actitud moral de un dictador, al atreverse a solicitar una multa para las empresas que salieron huyendo del paraíso catalán tras el desastre del referéndum.
Hay que estar «sobráo».
Pues a este cadáver mal enterrado se le ha unido el otro muerto en vida, Pablito Iglesias, el de Galapagar; éste se mueve por rencor, venganza y odio a la Reina de los mares, Yolandita, personaje al que ha aniquilado votando en contra con su mini grupo. La ha dejado sin ninguna utilidad en el gobierno, nada de lo que salga de la boquita de Yolanda Diaz, se aprobará, diga lo que diga, invente lo que invente, durante estos eternos cuatro largos años que nos quedan.
Así se presenta en principio esta legislatura, en forma de tratos de callejones oscuros motivados por todo lo dañino, por lo más alejado a buscar al bien para los gilipollas que votamos a esta panda de indecentes. Nadie piensa en nada que no sea protagonismo, sueldos y sobresueldos, por encima de cualquier lógica básica.
Hay que desmontar este sistema estúpido e inútil, que ha terminado en manos de los más listillos, que poco a poco nos han metido una estructura impagable de funcionariado político inútil. que se paga con ese dinero público que no es de nadie. Esos medios que gastamos en estos chiringuitos de funcionariado político, se lo estamos quitando, a ese funcionariado que realmente necesitamos y tenemos con medios limitados, como es la sanidad, la cultura, la justicia y los cuerpo y fuerzas.
En breve, si no ponemos límite al crecimiento de la clase política, esto será todo lo contrario a la palabra favorita de esta gentuza, INSOSTENIBLE, traducido: no habrá huevos de pagarlo.