Cuernos contra España
En el asunto de Letizia hay que considerar tres aspectos.
a) Juan Carlos ponía abundantemente los cuernos a Sofía; Ahora, según dicen, Letizia se los ha puesto a Felipe VI. Estas cosas son lamentabilísimas porque dan una mala imagen de la monarquía, concebida como moderadora política y símbolo de la continuidad histórica del país. Máxime cuando los actuales republicanos no difieren de los que pintaba Azaña (política de amigachos, incompetente, de codicia y botín sin ninguna idea alta). Sin embargo los asuntos de cuernos han existido siempre, tanto en las monarquías como en las repúblicas, y no tienden por qué tener efectos políticos decisivos.
b) La reina Letizia parece tener afición a la política. Y precisamente a la política del doctor, hacia quien ha hecho gestos de simpatía, se ha entrevistado personalmente con él, y ha hecho declaraciones en favor de su amnistía golpista. Esto es mucho más serio, políticamente, que sus supuestos devaneos.
c) El tercer punto, y más importante, es el momento en que algunos canallas han sacado a la luz el asunto. Es decir, en pleno golpismo que de un modo u otro tendrá que obligar al rey a intervenir si quiere evitar convertir la institución en superflua. Es indudable que el doctor estaba preocupado por la actitud del rey, presionado desde muchos ángulos para que defendiese la Constitución y la unidad de España, cosa que vino a adelantar en su mensaje de Navidad. El escándalo debilita seriamente la capacidad de Felipe para acabar con la delincuencia del doctor. El asunto de Letizia se rumoreaba desde hacía años, pero han esperado a sacarlo en el momento en que más daño podía hacer a la monarquía. Y a España.