Descubre París y vive una aventura inolvidable
París, la Ciudad de la Luz, es un destino que despierta la imaginación y el corazón de millones de viajeros cada año.
Las calles empedradas, los cafés acogedores y los monumentos icónicos hacen que esta ciudad sea un lugar mágico para explorar. Si estás planeando un viaje a París, en este post tienes una guía de los lugares imperdibles, sigue leyendo.
La Torre Eiffel
La majestuosa Torre Eiffel, diseñada por Gustave Eiffel, es el símbolo indiscutible de París.
Subir a la cima de esta estructura de hierro de 300 metros de altura es una experiencia inolvidable, para lo cual debes adquirir un ticket Torre Eiffel. Puedes optar por el ascensor o subir los 1665 escalones para llegar a la cima. Las vistas panorámicas de la ciudad te dejarán sin aliento.
Una recomendación importante es que reserves tus entradas con anticipación para evitar las largas colas.
Museo de Louvre
El Museo de Louvre, uno de los museos más grandes del mundo, alberga una impresionante colección de arte y antigüedades.
Allí encontrarás obras maestras como la Mona Lisa y la Venus de Milo. Dedica al menos medio día para explorar sus salas y galerías e, idealmente, un día entero. El museo es enorme, así que planifica tu visita y elige las obras que más te interesen.
La Catedral de Notre Dame
Aunque la Catedral de Notre Dame sufrió un devastador incendio en 2019, sigue siendo un lugar de gran belleza e historia. Admira su arquitectura gótica, las vidrieras y las vistas desde las torres.
Explora los alrededores de la catedral, hay mucho que ver, por ejemplo, el encantador Barrio Latino.
Paseo por el Sena
Un tour en alguno de los bateaux parisiens por el río Sena es una excelente manera de ver los monumentos de París desde una perspectiva diferente.
Disfruta de las vistas de la Torre Eiffel, el Louvre, el Museo de Orsay y muchos otros lugares emblemáticos. Opta por un crucero al atardecer para una experiencia aún más romántica.
Montmartre y el Sagrado Corazón
El bohemio barrio de Montmartre es famoso por su ambiente artístico y la icónica Basílica del Sagrado Corazón. Explora las estrechas calles de Montmartre y descubre sus encantadoras tiendas y cafés. No te pierdas el Barrio de los Pintores y averigua por qué se llama así.
La Basílica del Sagrado Corazón, diseñada por Paul Abadie, es una obra maestra gótica. Su cúpula se alza majestuosamente sobre la colina y es visible desde varios puntos de París.
Aunque las vistas desde la cúpula no son las mejores de la ciudad, aun así merece la pena subir. Se contemplan los tejados parisinos y el horizonte. Puedes subir a pie o utilizar el Funicular de Montmartre para llegar a la basílica. Este transporte sustituye a 197 empinados escalones y te lleva directamente a la cima. Es ideal en días calurosos.
La cripta, aunque no es especialmente destacable, forma parte de la experiencia. Además, la basílica es un lugar de adoración eucarística y un sitio de gran significado espiritual.
Jardines de Luxemburgo
Relájate en los hermosos Jardines de Luxemburgo donde encontrarás fuentes, estatuas y senderos sombreados.
Es un lugar perfecto para un picnic o simplemente para disfrutar de la tranquilidad. No te pierdas la visita al Palacio de Luxemburgo, sede del Senado francés, aunque no se puede entrar, merece la pena admirarlo por fuera.
Moulin Rouge
El Moulin Rouge, con más de 130 años de historia, es el cabaret más famoso del mundo. Ubicado al pie de Montmartre, en el 18º distrito de París, este icónico lugar es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad durante la noche. Si quieres disfrutarlo debes adquirir entradas a Moulin Rouge, no te arrepentirás.
El Moulin Rouge fue testigo de la Belle Époque y ha inspirado a artistas desde Toulouse-Lautrec hasta Baz Luhrmann. Su decoración de terciopelo brillante y lentejuelas crea un escenario deslumbrante para el espectáculo “Féerie”, donde talentosas bailarinas deslumbran con sus atrevidos trajes y sensuales coreografías.
No puedes perder de vista el vertiginoso baile del can-can, uno de los momentos más destacados del espectáculo y un ícono de ese lugar, inmortalizado en muchas películas y otras expresiones de arte. Las piernas se alzan y los faldones giran, llenando de energía la sala.
¿Cuál es la mejor época para visitar París?
No hay una mejor época para visitar París, tu elección debe basarse en tus preferencias personales y de lo que desees experimentar en la Ciudad de la Luz. Las siguientes consideraciones son las que debes tomar en cuenta para elegir la fecha de tu viaje:
Primavera (marzo a mayo)
- Clima. La primavera es una época encantadora en París. Las temperaturas son suaves, con máximas alrededor de los 15-20°C (59-68°F). Los días son más largos y las flores están en plena floración.
- Atractivos. Los jardines y parques están exuberantes, y puedes disfrutar de paseos al aire libre sin el calor del verano. Además, la Semana de la Moda de París suele celebrarse en marzo.
Verano (junio a agosto)
- Los veranos en París pueden ser cálidos, con temperaturas que oscilan entre los 20-30°C (68-86°F). Puede haber multitudes, pero también hay festivales y eventos al aire libre.
- Las terrazas de los cafés están llenas, los cruceros por el Sena son populares y los días son largos. Es la temporada alta para el turismo.
Otoño (septiembre a noviembre)
- El otoño trae temperaturas agradables, alrededor de los 10-20°C (50-68°F). Los colores otoñales embellecen la ciudad.
- Puedes disfrutar de los museos y monumentos sin las multitudes del verano. Además, la Semana del Arte Contemporáneo (FIAC) se celebra en octubre.
Invierno (diciembre a febrero)
- Los inviernos son fríos, con máximas alrededor de los 5-8°C (41-46°F). Puedes experimentar la magia de las luces navideñas y los mercados.
- La Torre Eiffel iluminada, los museos y las pastelerías son ideales para refugiarse del frío. Además, la moda invernal parisina es única.
Un viaje a París es un sueño largamente acariciado por muchas personas en el mundo, sigue esta guía y no te pierdas ningún lugar interesante.
Oh París! Tengo ya preparado el viaje para ir con mi pareja en San Valentín. Me apunto lo que comentas sobre Montmartre y usar el funicular que no sabía que existía.