Lo del escudo social y tal…
Una de las medidas estrella del famoso “escudo social” que el Gobierno puso en marcha durante y después de la pandemia para proteger a los colectivos vulnerables es el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Se trata de una ayuda social que en su presentación por el entonces ministro de Seguridad Social iba dirigida a 2,5 millones de ciudadanos. Escrivá anunció entonces que, gracias al volumen y calidad de los datos de que disponía, se daría de oficio, en muy poco tiempo, a medio millón de ciudadanos. Cierto que, en esos tiempos difíciles, se pusieron en marcha otras medidas como el límite a la subida de los alquileres, la prohibición de desahucios y lanzamientos, pero sin ninguna duda el IMV fue vendido como la salvación para tantos ciudadanos.
Sin embargo, como con tantas otras medidas o estadísticas nunca hemos conocido lo que realmente estaba pasando. Por ejemplo y fundamentalmente, ¿a cuántas personas se había dado en realidad? Sí pudimos intuir que las cosas no marchaban bien cuando desde el ministerio se tomó la decisión de que un autobús recorriera los pueblos de España a la caza de posibles beneficiarios. Estaba claro que no se estaban cumpliendo las expectativas creadas por el Gobierno cuando se creó la ayuda.
Hace apenas unos días, hemos conocido que la nueva ministra del ramo decidía poner en marcha una línea de teléfono con el mismo fin y de paso anunciar unas cifras de beneficiarios que se alejan mucho de las previsiones iniciales. Finalmente, y después de purgar la cifra, la conclusión es que apenas 360.000 familias han recibido el IMV. Ya se dijo en su momento por expertos que el diseño de la medida anticipaba un fracaso en su ejecución. La burocracia y la dificultad que para muchos suponía su tramitación conseguiría que el Gobierno fracasara hasta el punto de tener que salir a buscarlos a lazo.
El IMV no ha cumplido su función de proteger a cientos de miles de familias que han visto cómo la inflación se ha comido su renta disponible hasta el punto de que el 9% de la población no puede hacer frente a sus gastos básicos ni a ningún imprevisto. España no sólo es el país donde hay más paro, sino que está a la cabeza de toda la Unión Europea en pobreza infantil y en pérdida de poder adquisitivo. Tampoco han logrado que bajen los alquileres limitando su subida y ahora que la electricidad está más baja que en mucho tiempo, puedan beneficiarse al subir el IVA. Pero, la economía va como una moto.