A 20 años del 11M, la amnistía
Tal día como hoy, 11 de marzo de hace 20 años, era jueves y España se encontraba en la recta final de las elecciones generales a celebrar el domingo 14.
Pero aquella mañana la historia cambió súbitamente y se dio por finalizada la campaña electoral ante la dramática situación creada por unos atentados terroristas contra varios trenes en Madrid.
Los tres días siguientes, en un ambiente de enorme tensión política y social con acusaciones cruzadas sobre la autoría de la tragedia, las sedes del PP fueron acosadas por militantes socialistas, y la intención de voto –que hasta ese momento daba como claro ganador al PP– cambió bruscamente en favor del PSOE. Su candidato Rodríguez Zapatero resultó vencedor y elegido presidente con el apoyo de los que previamente habían formalizado en Barcelona el Pacto del Tinell a fin de impedir en toda España que el PP pudiera gobernar en cualquier institución de ámbito autonómico, municipal o nacional.
La jornada de reflexión fue de una crispación sin precedentes, y Rubalcaba pronunció la frase «España no se merece un Gobierno que mienta», que se convirtió en lema de la jornada electoral. Pueden imaginarse lo que diría ahora después de haber acuñado el término «Frankenstein» para denominar a la criatura con la que Sánchez quería llegar a La Moncloa, y por lo que fue destituido por el Comité Federal, cuando el monstruo sigue en el Gobierno y miente a los españoles un día sí y otro también.
En el programa electoral del PSOE en aquellas elecciones no estaba la memoria histórica ni el matrimonio homosexual, pero se convirtieron en ejes de la agenda del Gobierno junto con el nuevo Estatuto de autonomía para Cataluña. Ahora que el secesionismo es el apoyo imprescindible para Sánchez, que invoca con falsedad y alevosía la amnistía integral y a la carta de Puigdemont como elemento para «favorecer la convivencia», es preciso recordar que el procés tuvo su origen inmediato en aquella actuación socialista. El PSC estuvo al frente de la Generalitat con dos tripartitos junto a ERC y los comunistas de Iniciativa, el primero con Pasqual Maragall. El acuerdo con ese Gobierno socialista del 11M sentó las bases de lo sucedido desde 2011 y ahora el procés queda inexistente por la amnistía.
Pero Sánchez no es que mienta a los españoles, sino que simplemente «cambia de opinión». En 2017 apoyó la aplicación del artículo 155 a la Generalitat, afirmó que había existido un delito de rebelión, y hasta el 23J aseguró que traería a Puigdemont a rendir cuentas ante la Justicia. Ese es Sánchez, el gran líder del PSOE.