Puigdemont con su amnistía y España sin Presupuestos
Respecto a quien realmente manda en el gobierno Frankenstein frentepopulista, la decisión de Junts y de los Comunes, –marca catalana del Sumar yolandista, y muestra de su declinante «liderazgo» sumatorio– de no apoyar los presupuestos de la Generalitat, llevó a Aragonès a convocar elecciones anticipadas en Cataluña e intentar que el prófugo no sea su próximo candidato rival. Por su parte, a Sánchez le llevó a no presentar en el Congreso los presupuestos del Estado para 2024. La hemeroteca digital audiovisual, notaria implacable de la realidad, recuerda como en 2018, en un Comité Federal, criticaba duramente a Rajoy por no aprobar los presupuestos para ese ejercicio «porque un gobierno sin presupuestos, es tan útil como un coche sin gasolina. No hay excusa». El suyo no tiene ni gasolina ni tampoco neumáticos.
Ni excusa, por supuesto. Por cierto, aquellos presupuestos de 2018 se aprobaron en mayo en el Congreso, previo pacto con el PNV que cinco días después apoyó la Moción de censura que ganó gracias a sus votos. Y así, con esas cuentas pactadas con Rajoy «gobernó» Sánchez. Y hasta hoy. «Roma no paga traidores» y en un mes se vota en el País Vasco si siguen ellos o gana Bildu. Con un calendario electoral de tres elecciones en dos meses por delante, el gobierno Frankenstein está sumido en una parálisis total, lo que sin duda no es precisamente la mejor manera de aportar seguridad jurídica y confianza a la inversión.
Aunque con la ventaja, según algunos, de que al menos no podrán aprobar nada significativo de su proyecto, salvo eso sí, su ley de «amnistía integral y a la carta» de Puigdemont, corrupta transacción política con sus 7 votos imprescindibles para sobrevivir políticamente. Ayer, ya cumplimentadas las últimas exigencias del prófugo, un Congreso dividido por la mitad, aprobó amnistiarle junto a todos los encausados por el procés. La voluntad de «reencuentro y reconciliación» reiteradamente expresada por los voceros sanchistas quedó clara en la intervención de la diputada de ERC: «No pararemos hasta conseguir el derecho de autodeterminación». Desde luego, con Sánchez y el PSOE creen que lo podrían conseguir, pero España es más que él, que es un cadáver político aunque simule no haberse enterado todavía. Estuvo acertado Feijóo al recordarle al portavoz socialista, que fue elegido lendakari con los votos del PP, no con los de los separatistas vascos. Es patético escuchar su vehemente defensa de esa corrupta ley, recordando sus palabras dirigidas a Sánchez en el debate central de las primarias: «Vamos a ver, Pedro: ¿sabes lo qué es una Nación?». Ese es Pachi, ahora fervoroso sanchista amnistiador.