Macron y Sánchez.

La OTAN no planea enviar tropas a Ucrania. Lo declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Asimismo, quien aconsejó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, respecto a su intención de enviar tropas europeas a territorio ucraniano, que antes debe consultar estas cosas con la alianza y sus miembros.

Enmendando la plana

En este sentido, el ministro de Defensa de Italia, Guido Crosetto, también disparó contra el inquilino del Elíseo, y de paso, contra Varsovia. Declaró que “Francia y Polonia no pueden hablar en nombre de la OTAN, que ha sido formal y voluntariamente mantenida al margen del conflicto desde el principio. Llevar tropas a Kiev significa dar un paso hacia una escalada unidireccional que borraría el camino hacia la diplomacia. No tiene sentido hacer este argumento ahora, después de dos años de guerra”.

“Todos sabemos, y además lo está reconociendo el propio Stoltenberg, que la OTAN estaba presente en Ucrania desde 2014. Lo que resulta es que, tras la intervención de Rusia en el conflicto ucraniano, la ayuda de la OTAN ha subido de grado a Ucrania, y para evitar una confrontación directa con Rusia, porque sería un desastre, en lo que se ha esforzado es en enviar mucho material bélico, mucha ayuda económica, y también ha enviado tropas disfrazadas con el estatus de ‘mercenarios'”, afirma el analista internacional Carlos Martínez.

El experto observa que tiene conflictos internos tremendos, ha dado un paso adelante y ya habla directamente de enviar los ejércitos de la OTAN ya con sus uniformes, sus banderas, con toda la oficialidad, a Ucrania.

“Todos sabemos que esto sería una puerta abierta a la Tercera Guerra Mundial, o a un conflicto hasta nuclear, como ha advertido el presidente de Rusia, Vladímir Putin. De manera que Stoltenberg le ha tenido que parar los pies a Macron y decirle, ‘bueno, esto no es una decisión tuya, las tropas de la OTAN están bajo el mando de la OTAN y no bajo el mando de Macron'”, señala Martínez.

Mientras, los miembros de la comisión del Bundestag (Parlamento alemán) sobre el control de las actividades de las agencias de inteligencia, han atribuido a una “operación” rusa la filtración de la conversación entre militares alemanes de alto rango sobre los planes de atacar el puente de Crimea. “Todos los indicios de escuchas telefónicas apuntan a una operación rusa de pirateo y filtración”, afirmaron en un comunicado luego de que desde el propio Gobierno alemán certificaron la veracidad de dichas conversaciones.

En este sentido, en una editorial en el periódico británico The Guardian, el periodista británico Simon Jenkins, escribió que “las fuerzas armadas alemanas están locas”. “La filtración por parte de Moscú de una discusión de 38 minutos entre el jefe de la Luftwaffe y altos oficiales sobre el envío de misiles de crucero Taurus a Ucrania sugiere que la voluntad de la OTAN de no intensificar la guerra actual se está debilitando. La reunión, supuestamente celebrada a través de una línea no cifrada, tuvo todo el secreto de un chat grupal de adolescentes. Reforzó la afirmación de Vladímir Putin de que se trata de una guerra de Occidente contra Rusia, con Ucrania como mero representante”.

“Ucrania ha llegado a parecer cada vez más un mercenario de la OTAN para los generales occidentales que desean aumentar sus presupuestos y revivir los juegos de la Guerra Fría de su juventud”, remató Jenkins.

“Estamos en manos de unos dirigentes, en este caso militares, que están absolutamente locos y tontos. Discutir esto de enviar misiles para atacar el puente de Crimea en un chat de WebEx, con una contraseña que es ‘1234’, indica el nivel de nuestros dirigentes militares. Esto nos tendría que llamar a la reflexión a los europeos sobre en manos de quién estamos. Por un lado, se han creado su propia propaganda, sus propias mentiras, han empezado una guerra que creían que iban a ganar ‘a la pata coja’, [pero] no ha resultado así. Pero es que, encima, están discutiendo aumentar el nivel de confrontación en un chat de adolescentes de videojuegos. Lo que tiene que hacer Alemania es revisar qué nivel tienen sus máximos mandos militares”, concluye Carlos Martínez.